Ya nos pasó cuando escribimos nuestros primeros 2000… Se nos fue de las manos. Y eso a nosotros nos encanta, porque significa que el cine consiguió su objetivo y, encima, a gran escala. Nos emocionó. Nos hizo reír. Y llorar. Y pensar. Y reflexionar. Y preguntar. Y preguntarnos. Y responder. Y respondernos. Y disfrutar. Y, a veces, hasta enamorarnos. Pero, sobre todo, soñar. Porque todo en la vida es cine, y los sueños cine son:
Te doy mis ojos: Una lección de cómo el cine puede convertirse en un profundo estudio sobre los males que nos acechan, por ejemplo, la violencia machista. Jamás se nos olvidará la cara de pánico de Laia Marull, Pilar, en la terraza de su casa, justo antes de orinarse encima de terror. No es fácil representar la barbarie machista, el terrorismo doméstico que sufren miles de mujeres cada día, e Icíar Bollaín supo hacerlo con maestría, sin demonizar a nadie, dándonos una visión completa en la que priman los seres humanos. Tremendas son también las interpretaciones de Luis Tosar y de Candela Peña. “Tengo que verme. No sé quién soy. Hace demasiado tiempo que no me veo”.
Celda 211: Una de las sorpresas de los últimos años en el cine español fue esta película de Daniel Monzón. Este claustrofóbico y trepidante thriller mantiene al espectador pegado al asiento sin perder un ápice de tensión en las casi 2 horas de metraje. Y, como casi siempre que hablamos de una gran película, hay que hablar de una gran interpretación, en este caso la de Antonio Resines y, por supuesto, el personaje de Malamadre, ese caramelo que le tocó a un siempre inmenso Luis Tosar que supo transmitir tanto física como psicológicamente a la perfección.
El bola: El cine español nos ha brindado en los últimos 20 años una serie de nuevos directores increíbles, y uno de ellos es Achero Mañas, aquél que en su día fue un Coconut. ‘El Bola’ es una de las películas más atrevidas y comprometidas que se haya realizado en España. Trata uno de los temas más delicados de nuestra sociedad, con una belleza y dureza impropia de un director novel. La forma de narrar la relación entre ambos padres con sus hijos es sublime. Cuenta a la perfección, de una manera de explícita, como cada uno castiga y vierte sus frustraciones sobre los niños. Hay que mencionar también, que pocas veces se hace, cómo la banda sonora acompaña a la perfección a la historia.
Noviembre: Si justo arriba decíamos que ‘El Bola’ era una película atrevida y comprometida, ‘Noviembre’ da un paso al lado, ni al frente ni para atrás, justo a su lado. A modo de falso documental, Achero Mañas nos hace soñar y pensar que existe otra forma de arte, que el arte puede y debe ser libre, que el arte y la cultura pueden estar al alcance de todos. Sin duda alguna, es una de nuestras películas preferidas, una historia preciosa sobre la amistad, sobre la lealtad, sobre la libertad y sobre la defensa de los ideales de cada uno. Una cinta imprescindible, en la que sólo por la escena de los punkis alegres ya merece la pena verla.
El laberinto del Fauno: Con este cuento de hadas, el mexicano Guillermo del Toro puso al cine español a la altura de Hollywood. A través de uno de los episodios más tristes de la historia reciente de nuestro país, nos introduce en un mundo fantástico y oscuro, más propio del país de las barras y estrellas. Lo más llamativo (maquillajes, iluminaciones, decorados, actuaciones aparte) es la forma de contar la misma historia a través de dos personajes tan distintos y distantes. Y es que ‘El laberinto del Fauno’ no es la enésima película sobre la Guerra Civil, es probablemente la película que mejor nos cuenta aquella agonía vivida por millones de españoles.
Mar adentro: Alejandro Amenábar nos contó este canto a la vida. Sí, aunque hable de los últimos días de Ramón Sampedro y de su lucha a favor de la eutanasia, la cinta es un canto a la libertad del ser humano y al respeto a decidir libremente cómo vivir su vida de una forma digna. Aparte de la soberbia dirección de Amenábar (Oscar a la mejor película de habla no inglesa), son dignas de admirar las interpretaciones de Lola Dueñas, y sobre todo, de un INMENSO Javier Bardem, recordando a la maravillosa actuación de Daniel Day Lewis en ‘Mi pie izquierdo’.
Camino: Quien piense que ‘Camino’ es una crítica al Opus Dei o a la iglesia, es que no ha sabido o no ha querido ver el significado real de la película. Un sorprendente Javier Fesser solamente quiso contarnos una historia de amor, de un primer y por desgracia último amor. Un amor puro, inocente, un amor de una niña de 12 años. La candidez y la sonrisa de Nerea Camacho a la hora de interpretar a Camino hizo que creyéramos y sufriéramos esta historia de principio a fin.
Hable con ella: Ser el primer (y único) director español con un Oscar al mejor guión, dice, y mucho, de Pedro Almodóvar. Por enésima vez, el director manchego consiguió recrear un universo diferente, una historia relativamente creíble y factible, una historia única y hasta el momento jamás contada. Almodóvar sabe moverse en esas historias y en esos parámetros como pez en el agua, para eso es su mundo y para eso ha sabido hacernos partícipes de él. Gracias, Pedro, por ser diferente y por contarnos historias que otros no se atreven a contar.
Los lunes al sol: Fernando León firmó esta película en 2002, pero el drama que en ella se esconde es el que, desgraciadamente, hoy vuelven a vivir miles de familias en esta España que duele y se desangra. Se la recomendamos a Fátima Báñez y a todos los malnacidos que crearon esa cosa llamada Reforma Laboral, porque lo que ese Javier Bardem y ese Luis Tosar en estado de gracia representan no es más que la vida de muchos. Hoy. Aquí. Ahora. ¡Qué hijas de puta las hormigas!
AzulOscuroCasiNegro: Sólo el título enamora, así de sencillo. Siguiendo con directores noveles que han dado un aire fresco al cine patrio, Daniel Sánchez Arévalo es uno de sus mayores exponentes. Esta tragicomedia, interpretada en casi su totalidad por actores noveles, es una historia creíble, bien contada, bien montada y con un buen guión, con sentido y que consigue llamar la atención del espectador, así sin más. Sin lugar a dudas, ‘AzulOscuroCasiNegro’ es una PelículaAbsolutamenteImprescindible.
Lucía y el sexo: Bendita seas Paz Vega, bendita seas Najwa Nimri, bendita seas Elena Anaya y, por supuesto, BENDITO seas Julio Medem. El director vasco vuelve a hablar de los sentimientos y de los peligros del amor como sólo él lo sabe hacer. Y sí, en el amor hay sexo, y como respondía el gran Woody Allen a la pregunta de si el sexo es sucio, “sólo si se practica bien”. Pues eso, que por qué poner tabúes en pleno siglo XXI y rasgarnos las vestiduras por cuatro escenas de sexo explícito. Si están acordes con la historia, ¡bienvenidas sean! Eso sí, ‘Lucía y el sexo’ es mucho más que lo que su título indica. Por favor, no nos quedemos sólo con la última parte del título.
Piedras: No entendemos por qué, pero es de esas películas que se recuerdan más bien poco, aunque a nosotros se nos haya grabado a fuego. Ramón Salazar creó una cinta con cinco mujeres como protagonistas, cinco mujeres que buscan la horma de su zapato, cinco mujeres que, a veces, parecen caminar descalzas por la vida. Se trata de Ángela Molina, Vicky Peña, Antonia San Juan, Mónica Cervera y una soberbia Najwa Nimri en su mejor papel. Su monólogo sobre Lisboa es de esas escenas que los médicos deberían recetar ver tres veces al día, cada ocho horas.
Soldados de Salamina: Esta película es la confirmación del inmenso talento cinematográfico de David Trueba. De su talento literario hablaremos en otro momento, que también lo tiene y es inmenso. Basado en la novela de Javier Cercas, el filme es hermoso, conmovedor, gracias en parte a la genial actuación de Ariadna Gil, y por momentos desgarrador. Además, consigue ser una adaptación más que digna del libro y en eso se nota, y mucho, que David Trueba es un genio en ambas artes. Leedle o mirad sus películas. O, por lo menos, escuchadle un poquito. Aprenderéis mucho. De verdad.
El séptimo día: Carlos Saura, uno de los mejores directores españoles de todos los tiempos, nos contó a la perfección uno de los episodios nacionales más horribles de nuestra reciente historia: los crímenes de Puerto Hurraco, que bien podía haber sido una de las historias de ‘La huella del crimen’ que nos contaron Juan Antonio Bardem, Vicente Aranda o Ricardo Franco, entre otros, a mediados de los 80. A lo que vamos, la película de Saura nos recrea a la perfección la vida en la España rural, con una fotografía perfecta y una banda sonora cuanto menos interesante, haciendo uso del flamenco en los puntos de mayor tensión. Si en esta serie hemos mencionado a varios monstruos de la interpretación, aquí no podemos olvidarnos, ni mucho menos, de Juan Diego y Victoria Abril.
Princesas: ¡Qué guión! ¡Qué gran director es Fernando León! ¡A tus pies, Candela Peña! La fuerza dramática de esta película es, sencillamente, arrolladora. Y brillante, como esos diálogos poéticos, cargados de verdad. Con mayúsculas. En negrita: “Es rara, ¿no?, la nostalgia”…
Volver: Memorable. Sin más. Creemos que hay dos Almodóvar bien diferenciados: el Pedro de los inicios y el que se destapó con ‘Todo sobre mi madre’. Y si la obra maestra del primero fue ‘Mujeres al borde de un ataque de nervios’, la de la segunda es, sin duda, esta cinta intensa, inteligente y con unas actrices que se comen la pantalla a bocados. Almodóvar en estado puro. Almodóvar demostrando que algo habrá hecho para merecer todo el reconocimiento que tiene. Almodóvar y punto.
El secreto de sus ojos: No vamos a saber decirlo tan bonito como lo dijo nuestro compañero Adrián Cordellat, pero tenemos que intentarlo. Y, aunque nuestra debilidad confesa sea ‘El hijo de la novia’, somos conscientes de que Juan José Campanella firma una película impecable, bella y con esa sensibilidad especial que sólo él sabe desprender cuando se pone detrás de una cámara para dirigir a esos actores sobrehumanos llamados Ricardo Darín y Soledad Villamil.
Mi vida sin mí: Si tuviéramos que definirla con una sola palabra, ésta sería conmovedora. Porque Isabel Coixet sabe remover las emociones del espectador en esta hermosa cinta que nos reafirma en esta extraña certeza que es estar vivos. Y, como en la vida, hay realismo y poesía, hay luz y sombras, hay sonrisas y lágrimas… Hay… Hay que verla antes de morir.
El camino de los ingleses: Era difícil, mucho, llevar al cine una novela tan hermosa, tan cargada de lirismo, tan poética como la de Antonio Soler y su tocayo Antonio Banderas supo hacerlo con maestría. El salto a la madurez cuando sabes que ya no hay marcha atrás, que, irremediablemente, todo cambia. Y lo apuras, porque los sueños se pueden quedar en el mundo de los sueños, pero “tú y yo, no, tú y yo, no”. Por cierto, ¡qué grandísimo actor es Raúl Arévalo!
Y lo que todos estabais esperando, la mención especial de esta semana, nuestro ansiado + 1 que esta semana es para… El otro lado de la cama. ¿Que por qué? Porque hemos llorado de risa y eso debe ser ya motivo más que suficiente. Pero hay más: Emilio Martínez-Lázaro creó un universo que permanece en nuestras conversaciones diarias. Probablemente, si no sueles decir eso de “un tema” o eso de “dame más, dame más”, no entenderás nada. Si lo dices, eres de los nuestros. ¡Bienvenido!
Continuará…
«Más cine, por favor» es una serie de Javi Boix y Pilar Cámara.