Más de 300 personas asisten a la puesta de largo de ‘Olor a tormenta’, el último disco de estudio de Aitor Flamingos, en la sala El Sol de Madrid
Llevábamos meses de sequía y por fin llegó la tormenta. La lluvia musical invocada por Aitor Flamingos y su banda la noche del pasado sábado en la sala el Sol de Madrid será recordada como una de las emotivas en la trayectoria de este artista madrileño, que vuelve a romper su techo de cristal y ya descarga su tormenta de rock y folk en los escenarios más emblemáticos de la capital.
Con el cartel de no hay billetes en la puerta, el show flamingo arrancó pasadas las diez de la noche. Con una puesta en escena con reminiscencias a Enrique Bunbury y Quique González, la banda ofreció un espectáculo muy compacto y emocionante, con un sonido por fin a la altura de unos músicos que se dejaron llevar por la emoción de la tormenta y se entregaron en cuerpo y alma a un público ansioso por mojarse (el último disco ha sido financiado exclusivamente por crowdfunding).

Bajo un vendaval constante de temas nuevos, clásicos, versiones y hasta algún inédito, las casi dos horas de aguacero musical se hicieron cortas para las más de 300 personas que abarrotaron la sala, que pedían más y más lluvia de emociones, en un éxito sin precedentes en la trayectoria musical del artista madrileño y su banda.
La tempestad terminó pasada la medianoche, con un público que, por fin, pudo bailar bajo la lluvia. Se olía la tormenta desde hacía meses y ha venido para quedarse. Llegan días de borrasca. Chaparrón de emociones. Tormenta perfecta.
Apesar del calor que pasamos, se hizo corto y muy divertido, lo pasamos en grande , animo Aitor eres un tio grande