«Serie B fue la única ventana hacia otra forma de hacer las cosas»

En algún lugar de Los Pedroches de cuyo nombre debo y quiero acordarme existió un grupo de amantes de la música que resistían siempre al invasor. Años después, estos irreductibles vuelven a la carga. ¿De quién hablamos? Pues de los chicos de Serie B Fanzine que en breve lanzarán un trabajo que buscar recopilar todos aquellos años de textos y buena música en un volumen llamado ’13 años de rock’n’roll y papel fotocopiado’. Además, acompañando a esta edición, reeditan un disco mítico de la escena pozoalbense llamado ‘De la peña del bombo al metal’, con grandes canciones de grandes grupos pozoalbenses, incluyendo ‘Tres cartas para Eric‘ de los míticos Millhouse (guiño, guiño, codazo, codazo).

Para celebrar este trabajo, nada mejor que hablar con Antonio Jesús Moreno, uno de los grandes baluartes y artífices de todo esto. Y aquí el entrevistador, que de alguna manera vivió y disfrutó muchas de estas cosas, no puede evitar sentirse cercano al entrevistado e identificarse con muchas de las cosas que cuenta. ¡Larga vida al rock’n’roll tarugo!

¿Cómo explicaríais a un adolescente del siglo XXI de Pozoblanco, que tiene total acceso a toda la música que quiera en sus manos, la manera en que se consumía música por aquellos años 90?

Pues resultaría complicado. Imagino que trataría de hacer un símil comparando ambas épocas, en plan: toma toda esa tecnología, iPhones, tabletas, ebooks, la música, el cine y, en fin, toda la cultura universal a tu acceso en un solo clic, tómalo todo y créete que no hay nada más. Y de repente alguien cercano, un amigo o pariente de confianza te suelta el cebo: ¿sabes qué? hay algo más, otro internet secreto, más privado y más libre donde reina la buena fe y el interés común, donde conocer otras músicas y culturas que no están al alcance de cualquiera.

Entonces era igual, salvo que de partida solo teníamos la radio, la televisión y la Discoplay, de hecho, casi nadie había oído hablar de Internet y los móviles eran artículo de lujo. Un día nuestro primo Manu nos habló de un fanzine (término que por aquel entonces desconocíamos completamente) local con gente escribiendo de música alternativa, de otro cine y otra forma de consumir y hacer cultura. Casi se podía decir que formar parte de aquello era como pertenecer a una secta exclusiva o un selecto club social.

¿Qué papel jugó el fanzine Serie B en la deriva cultural de Pozoblanco en aquellos años?

No estoy seguro, quizá al comienzo éramos demasiado pequeños para verlo con amplitud y perspectiva. Haciendo un esfuerzo de reflexión y honestidad,  debo decir que para muchos de nuestra generación, supuso la única ventana posible hacia esa otra forma de hacer las cosas —junto a la imprescindible labor de dj y programador de conciertos de Odón Yun y su inolvidable 96.0—. Algo que nace por amor al arte, para compartir intereses comunes y gustos dispares, con todo lo elitista que ello pudiera tener, que sin embargo respiraba siempre una frescura y socarronería para algunos siempre más interesante que los cánones de corrección habituales. Supuso el gusanillo ese que heredas de hermanos mayores, ese que nuestra generación ha alimentado y sigue alimentando, dando frutos en casi todas las disciplinas del arte.

¿Podría existir ahora un Serie B o existe demasiada información musical en Internet?

Podría existir. Si me preguntas hace unos 5 o 6 años te habría dicho que no, por las limitaciones del formato y la sobreexposición de información, ocio y cultura. Sin embargo, de un tiempo para acá, cada vez considero que el papel fotocopiado o la autoedición a nivel muy básico tiene un poder incomparable por su barato coste y su potencial gráfico. Y a fin de cuentas es papel, por tanto, es irreemplazable. Un Serie B hoy en día, eso sí, versaría sobre Trap, videojuegos y series de televisión.

¿Cómo se llega a decidir recuperar todo aquello y traerlo hasta nuestros días?

Pues en primera instancia fue Rosario Rossi quien nos ofreció el Servicio de Publicaciones de la Concejalía de Cultura para editar algún libro de posible interés local. La chispa se encendió cuando advertimos que este año se cumplían los 20 años de la edición del primer número del fanzine, aquel mítico número cero. Queríamos de algún modo hacer justicia a unos textos que, en parte, siguen siendo vigentes hoy en día y por otro lado contar la historia paralela entre el propio fanzine y la muestra Pop-Zoblanco.

¿Qué proceso de trabajo habéis seguido para confeccionar la versión definitiva?

En primer lugar, escaneamos y ordenamos el material incluido en todos los números. Hicimos una primera criba eliminando reseñas de discos y conciertos y centrando la atención mayormente en la historia local, los reportajes y las entrevistas. Luego lo dividimos en secciones identificables ya existentes en aquellos números, como la de Groovieland.

Por otro lado, estaba la sección correspondiente a la muestra, que incluye todo tipo de material como crónicas, fotografías, cartas… incluso reunimos por primera vez (y no sin dificultad) los carteles de todas las ediciones del Pop-zoblanco, del primero al último, que sirvieron de eje para ordenar cronológicamente tanto contenido. Por último, hay una sección titulada miscelánea que incluye todo tipo de curiosidades.

¿Qué influencia tuvo Serie B en vuestras vidas? ¿Condicionó vuestra manera de consumir música en los años posteriores?

Fue determinante, no solo por el propio carácter de Serie B sino más bien porque todo esto comenzó cuando nosotros éramos unos chavales, de los 15 a los 20, y a esa edad las cosas que vives, consumes y escuchas te marcan para el resto de tu vida.

Más que condicionar nuestra manera de consumir música, lo que hizo el fanzine fue contagiarnos de un espíritu crítico, de no dar nada por sentado y esa curiosidad por saber, conocer y descubrir cosas que desconocías.

Pozoblanco tuvo una extraordinaria vida musical aquellos años y, salvo excepciones, no se ha vuelto a repetir. ¿Tiene que ver con que los jóvenes tenían menos alternativas o simplemente es cosa de una generación?



Cada cosa responde a su momento. Para un chaval de 15 años seguro que hay 20 cosas más interesantes actualmente que ponerse a tocar en una banda. Antes pecaba de ingenuo creyendo que los jóvenes de hoy en día son más pasivos, se centran más en lo visual y superficial, pero estoy seguro de que si alguien es creativo sabrá cómo y dónde canalizar su potencial.

Personalmente, lamento que no haya ese interés por la música. O al menos, no por el rock and roll, o por ese rock que tiene tanto de ética como de estética, que es el que a mí me interesa. Que me gustaría ver nuevas bandas en Pozoblanco no quita que entiendo lo perfectamente prescindible que pueda llegar a ser hoy en día. Si yo tuviera 15 años ahora mismo seguro que tampoco tendría el más mínimo interés por el rock and roll.

¿Qué papel juega la muestra Pop-zoblanco en la confección de este volumen y en la historia de Serie B?



Vital. Como apuntaba antes, había mucho material variado alrededor del festival: los textos editoriales del fanzine, crónicas, entrevistas a bandas que participaron en el festival, fotografías, etc. Por otra parte, añadimos algunos textos de Odón Yun, que allá por los primeros noventa ya defendía y repasaba las primeras ediciones del festival en nuestro querido libro de Feria.

A eso, como decía, añadimos el guión temporal que supone reunir los carteles de todas las ediciones y con ello dimos forma y orden a una historia bastante detallada de lo que significó para Serie B la muestra y viceversa. Esta sección por otro lado también tiene su miga dada la irregular relación del propio fanzine y la muestra con la Concejalía de Juventud correspondiente en cada momento.

También se reedita el mítico disco ‘De la Peña el Bombo al Metal’, ¿qué tiene de especial ese disco que años después sigue sonando fresco?



Pues no lo sé, tiene ese carácter entrañable y unificador. Es un repaso a muchas de las bandas que han existido en nuestra localidad, hecho desde el cariño y el respeto. No estaban todos los que son, pero sí son todos los que estaban. Lamentablemente en su día, debido a la precariedad del medio, la edición no hacía justicia a tan jugoso y variado contenido. Por eso tenía todo el sentido reeditarlo mejorando su presentación.

Ahora que entráis en la recta final del proyecto, ¿cómo os sentís después de haberos reencontrado con el pasado a todos los niveles?



Satisfechos. Ha sido un proceso muy laborioso, aunque reposado y disfrutable en todo momento, un repaso en detalle a aquella época. Un buen vistazo al pasado, pero sin nostalgia y sin cambiar una coma. Todo esto supone poner en valor a una parte de la historia de la música en Pozoblanco que normalmente siempre ha estado marginada, es el único fin del libro. Así que el sentimiento es de satisfacción y de alegría, porque el trabajo, creemos, ha merecido la pena. Estamos deseando que llegue el día para presentar el libro.

¿Qué queda en el Pozoblanco actual de todo aquello?



Queda algo. Cada cual habrá utilizado en mayor o menor medida sus experiencias alrededor del Pop-zoblanco y la música en directo. Queda gente trabajando y apostando por la música, o bien simplemente consumiéndola. También gente haciendo teatro, gente bailando, componiendo o editando a otros.

Que el presente de Pozoblanco no incluya en su programa habitual la música en directo, tampoco los bares, no significa que nada esté pasando. Quedan Algunos Hombres, queda Catenaccio, quedan Los Mejía, queda este libro, Murray Magazine, Más Truenos, y varias decenas de emprendedores, artistas y talentos al servicio de la… ejem… cultura.

¿Por qué no celebrar el 20º Aniversario de Serie B y la presentación de ’13 años de rock’n’roll y papel fotocopiado’ con una gran noche musical de conciertos y reencuentros en un sitio mítico como, por ejemplo, la Plaza de Toros?

Lo de la Plaza de Toros sería un punto, ya sabes que es un sitio mágico para muchos de nosotros. Déjame plantearlo y que estudiemos si es viable. En cualquier caso, te digo que habrá presentación como está mandado, y que, casi seguro, habrá música en directo.

Por último, ¿qué papel habría jugado Bill Murray en Serie B? 



Habría sido un secundario de libro, de los que devienen determinantes para la trama. Un icono como Bill, que precisamente lo es por no buscar protagonismo, siempre formará parte de nuestra película. Sea como sea. No estoy seguro de que haya tenido hueco en el fanzine, lo que sí te garantizo es que de haber jugado un papel sería algo así como un anti-censor, un socio que te sacude si no haces las cosas solo y exclusivamente a tu manera.

bluebird Comunicación
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