«Me gusta la poesía que nace libre escrita en los muros con la verdad y la utopía»

El nacimiento de un nuevo poemario es siempre una buena noticia que debemos celebrar. En esta ocasión, le damos las gracias a Ibon Zubiela. Ibon es de Basurto, un barrio obrero de Bilbao. Ha vivido y crecido sin cambiar de acera, ganándose la vida trabajando en la panadería familiar, en el almacén de un supermercado, repartiendo propaganda, de peón de obra, de repartidor, de mensajero, en unas grandes superficies… Finalmente se diplomó en Relaciones Laborales por la Universidad del País Vasco en 1998. Sus pasiones confesables son viajar y la literatura, principalmente el ensayo y la poesía, aunque tiene especial predilección por la poesía comprometida con su tiempo, como la de Benedetti, Roque Dalton, Gioconda Belli, Pessoa, Galeano, Aresti, Sarrionandia o  Kirmen Uribe. Con ‘El ruido del deshielo’, su tercer libro, publicado por Amargord, presenta invitar al cambio, a la rebeldía. Porque, afortundamente, la poesía sigue siendo “un arma cargada de futuro”.

 Se acusa, a muchos, de hacer la revolución desde la comodidad de su sofá. Sin embargo, se puede escribir poesía desde la comodidad del hogar y estarás siendo revolucionario, porque sigue siendo “un arma cargada de  futuro”, porque la palabra tiene el poder de cambiarlo todo… ¿Es esto  ‘El ruido del deshielo’, Ibon?

 El ‘Ruido del deshielo’ es una invitación a pensar, son versos escritos desde muchas barricadas, en distintos frentes y con el único objetivo común de pararnos a escuchar ese ruido del deshielo que todos los días sucede, pero que debido a la prisa, al día a día, no somos capaces de ver. Es una invitación a ver mas alla de lo inmediato, para ver y oír lo que no quieren que veamos y oigamos. Un gran cantautor dijo que un libro o una canción no van a cambiar el mundo, pero todos los cambios y revoluciones han tenido poemas y canciones, porque quienes cambiamos esas realidades somos quienes escuchamos las canciones o leemos esos poemas. Esa es la intención de este libro invitar al cambio, a la rebeldía.

 Dice Inma Pelegrín en el prólogo del libro que con estos versos buscas despertar la conciencia del lector. Me parece que, a estas alturas si  alguno no ha despertado ya… ¿Soy demasiado pesimista?

 Bueno cada cual tiene sus realidades y sus urgencias, y a veces esa realidad no nos deja ver el bosque, pero cuando nos paramos un momento y somos capaces de ver la realidad, esa realidad nos empuja a tomar conciencia. Yo creo que es solo cuestión de tiempo, porque, sin duda alguna, tenemos que cambiar este mundo.

 También habla Inma de libertad, de un mundo mejor… ¿Es ahora o nunca?

No creo que sea ahora o nunca, soy de los que piensa que es siempre, hay muchos ámbitos en donde cada cual puede aportar su granito de arena para entre todas hacer un mundo más humano y menos malo. Desde la poesía o las canciones, desde las fiestas del barrio, la asociación de vecinos y vecinas, el sindicato… No nos van a regalar nada y no vamos a conseguir el cambio de un día para otro, tenemos que ir despertando conciencias e invitar a seguir peleando, sin prisa pero sin pausa.

“Élites difusas
rescatadas de sus sombras
las que no se ven
acordadas en las tinieblas
de la humanidad
sátira democracia
de especulación y sainete”

 Hay un par de versos en tu libro que me hicieron sonreír asintiendo: “No me gusta la poesía / con pedigrí”. ¿Qué poesía te gusta?

Ese poema, ‘No me gusta la poesía’ es una contestación a esa gente, principalmente amigos y amigas, que me dicen que no les gusta la poesía. Lo cual me parece curioso, porque nadie dice que no le gusta el teatro, o el ensayo o los cuentos. Habrá ensayos o cuentos que les gustan y otros que no, pero con la poesía sucede que se desprecia todo el género. Igual parte de la culpa es de los y las poetas que, en ocasiones, parece que levitamos con las musas en un parnaso de éxtasis, que meamos colonia, como diría aquel. Y creo que la poesía es como todo hay poemas que gustan y otros que no, hay algunos que te dejan helado y otros que te hacen hervir el sentimiento. Por eso escribí ese poema, para decir que a mi tampoco me gusta toda la poesía, no me gusta la poesía de pájaros y flores, sin sentimiento, la que se utiliza como excusa para encumbrar a nombres sin contenido. La poesía que me gusta es, precisamente, la poesía del sentimiento, la que nace libre escrita en los muros con la verdad y la utopía.

 “No me gusta la poesía
con pedigrí
escrita desde los altares
la que mira desde arriba
con la untuosidad
y la grandilocuencia
de la superioridad
la soberbia y la vanidad
de la omnipotencia”.

 A todo esto, ¿sabe alguien qué demonios es la poesía?

 O quizé sea ¿qué no es poesía? La poesía está  en todo, en cada acto cotidiano que hacemos, en el abrazo sincero, en esas pequeñas cosas que nos reconfortan con el mundo, eso también es poesía, aunque parece que hay quienes quieren que se olvide.

 Creo que tus palabras, tus versos, están llenos de ausencias, de los que se fueron. ¿Por qué crees que nos empeñamos en crear algo hermoso de la muerte?

 La muerte no tiene nada hermoso, es el final. Creo que evocamos los momentos felices de quienes ya no están no para crear algo hermoso en la muerte, sino como fórmula de mantener de alguna forma vivos a esos seres queridos. Porque el olvido es una forma de morir dos veces, yo no quiero olvidar a mis vivos, porque mientras les siga pensando no morirán nunca.

“Suena el silencio
con el ruido sanguinario
de impunes sicarios profesionales
asesinando la vida
con nocturnidad y alevosía
en el esperpéntico desierto
del orden y la ley”

Cada uno de tus poemas viene precedido por una cita de autores tan distintos como Albert Einstein o Ismael Serrano. ¿Tienes claros tus referentes?

Puede parecer que no, y quizá sea así, es lo que tiene ser autodidacta e iconoclasta, que bebes de muchas fuentes. Me gusta Benedetti, Roque Dalton, pero tambien Joseba Sarrionaindia o Gabriel Aresti o Blas de Otero. Me gustan los cantautores, pero también La polla records, pero eso no quita para que tenga claro, más que quiénes son mis referentes, qué es lo que quiero y solo espero que dentro de muchos años el espejo me reconozca.

Recientemente presentaste ‘El ruido del deshielo’ en Madrid. Cuéntame cómo fue la experiencia.

Pues muy positiva, nos juntamos entre 15 y 20 personas para una presentación de un libro de poesía un sábado por la tarde en Vallekas. Creo que con los tiempos que corren el hecho en sí mismo ya es un éxito, pero además la gente que se reunió hizo que la presentación fuera interesante y habláramos de eso que no vemos y oímos en el día a día. Eso en sí mismo ya es un acto de rebeldía.

Y, para terminar, pregunta obligada: Dicen las malas lenguas que Bill Murray es un gran lector de poesía. ¿Qué versos crees que lee?

Pues la verdad es que un personaje tan polifacético puede leer casi cualquier cosa, pero puestos a especular, creo que le pega mucho leer a Baudelaire o incluso Bukowski. Sí, creo que le pega mas Bukowski. Igual le tenemos que mandar un libro nuestro a ver qué le parece, ¿no?

bluebird Comunicación
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