En español no ayudaba
su doblaje catastrófico.
Jerry Lewis cuando hablaba
era como un sapo agónico.
Fingiendo ser un bisojo
y con boca moldeable,
muchas veces anda cojo
y es de torpeza incurable.
El personaje pazguato
siempre se pasa de bueno,
pero aun siendo tonto y pato
convence en término al ajeno.
Hay quien ríe con sus muecas,
otros lo borraríamos de filmotecas.
En ésta, su gran momento
es hacer de mimo taquígrafo.
Mueve el dedo en el momento
y no escribe ni en bolígrafo.
Por lo demás, cualquier cartoon,
de esos de persecución,
tienen la trama común
o parecida al guión.
El pobre inútil mental
deberá pasar las pruebas
en un centro comercial
para ganar su manceba.
Tortas, golpes y roturas
son los grandes argumentos.
No hay segundas lecturas
que valgan estar atento.