Penosa adaptación literaria.
Ende renegó de forma sabia.
Con su preciosista imaginaria
deja a los infantes en Babia.
La Nada se comió la fantasía
y sus páginas con alevosía.
Devoró la jugosa explicación
dejando sólo momentos de acción.
Un tema musical adictivo,
un abrazable perro volante,
diversos disfraces de aditivo
y llegará el éxito sonante.
Deberá encontrarse en la lista
del soñador inconformista.