Al varonil cine negro se la meten por el culo.
Su intrigante neblina es triste humo de puro.
Los machorros policías
gustan de degustar porras
y aunque estén en orgías
hacen que en goma te corras.
Serán estos profilácticos
encargados de lidiar
como soldados tácticos,
la costumbre de pecar.
Macarroni piensa mucho,
y en off te lo hará escuchar.
Entre sexos y cartuchos
pierde, de huevos, el plural.
La venganza suena a coña,
pues a un condón ha de matar
entre toda la carroña
de la yanqui infame ciudad.
Cutrerío y mucha broma
con el sexo como gag.
No se salva una persona
de pervertido amoral.
Cuando cruza medianía
los chistes ya no son tal.
Suena a palabra baldía
y a reiterado viral.
El final incongruente
no se puede adivinar.
Es el fluir de un torrente
de paródico bancal.
Producto alemán curioso
que se puede visionar.
Tiene un cariz gracioso
si te dejas enganchar.