Es domingo por la noche y estamos en Benidorm, disfrutando de los últimos compases del Low Festival 2014. Ha sido un fin de semana repleto de música y baile, y qué mejor manera que terminar entrevistando a uno de los grupos que han formado parte del cartel.
Desde que comenzara su andadura hace tres años Disco Mordisco no ha parado de crecer, mostrándose como una las parejas de Dj’s con mayor proyección y personalidad propia dentro del panorama independiente actual. Ángel Lupiáñez y Hugo Carretero son los rostros de este proyecto que tiene su eje en Granada pero que se ha consolidado en las pistas de baile de toda España, e incluso en ciudades del resto de Europa como Oporto o Londres. Ahora hemos podido disfrutar de sus sesiones en el Low Festival, y hablamos con Hugo sobre música, arte, baile y la energía que fluye en las noches de Disco Mordisco:
Este es el segundo año que venís aquí a pinchar. ¿Qué tal sienta repetir en un festival como este?
El año pasado tuvimos nuestro estreno en el Low Festival, nos invitaron al escenario de Jägermeister y la verdad es que fue genial. Este año han vuelto a contar con nosotros para que actuemos de nuevo y lo cierto es que es un festival que nos gusta mucho. Normalmente es muy difícil repetir en festivales, porque lo normal es que intenten cambiar el lineup y que la gente escuche nuevas propuestas, entonces cuando repites es porque les has gustado y quieren contar contigo, y para nosotros fue una pasada.
Volvéis al Low Festival y repetís también, como has dicho, en el escenario JägerMusic ClubShots. ¿Qué puedes contarnos sobre él?
La función principal de este escenario es traer a nombres con cierta repercusión en sus ciudades, para que tengan un impacto nacional, como es el Low Festival, y que otras personas los puedan conocer, por lo que creo que ese escenario hace una función muy importante. Tienes contacto con otros artistas que no conocías, que están haciendo fiestas en otros contextos, y es una iniciativa que veo bastante interesante.
Hay dos grandes escenarios en este festival, donde han tocado grupos como Massive Attack, The Hives, Kaiser Chiefs, The Editors y representantes top del indie nacional con los que compartes cartel a través del escenario JägerMusic ClubShots. A priori parece una especie de sitio de paso entre estos dos grandes escenarios, pero se ha convertido en una referencia dentro del festival donde la gente también acude, y el ejemplo ha sido que ha habido un lleno completo en estos tres días. Es un espacio pequeño pero donde se consigue una receptividad y una energía dentro del escenario muy mágica, lo cierto es que se percibe un feeling muy especial.
Ya que también estuvisteis en el Low Festival el verano pasado, ¿cuáles son las experiencias musicales que destacarías en estos dos años?
El año pasado me llevé conciertos que no voy a olvidar, Belle & Sebastian, Portishead, Polock a nivel nacional, conciertos y sesiones que me gustaron mucho, y este año vuelve a tener esos momentos especiales. La actuación inolvidable de The Hives, hasta ahora para mí el mejor concierto del festival, he conocido a Dj’s y los he escuchado por primera vez en directo, como OHMYCAT DJs o Molt Riquet, que me han sorprendido ambos con sus sesiones, el concierto de Massive Attack…
El Low Festival parece apostar por establecerse dentro de los grandes festivales indies tanto por variedad como por calidad dentro de su oferta. En cuanto a aspectos organizativos, ¿qué factores crees que podrían pulir para futuras ediciones?
A nivel de organización el tema de los tokens y pulsera paypal, las colas del primer día para entrar, quizás puedan ser mejorables, pero bueno, es normal que haya pequeños problemas en los grandes festivales, nosotros organizamos eventos a pequeña escala y sabemos lo difícil que es, siempre hay algún problema. Con respecto al tema de los tokens y paypal sí que me considero un poco resistente a ello, podríamos decir que le pego un buen mordisco, pero bueno, en general me parece un gran festival donde puedes escuchar buena música, muy variada, representantes de la escena nacional e internacional independiente, más y menos comerciales, así que un diez por el Low independientemente de los pequeños detalles que puedan mejorar.
Disco Mordisco actualmente se está consolidando con fuerza en la escena nacional, irrumpiendo con unas características muy personales, pero todo ello conlleva una trayectoria y un proyecto que tiene unos orígenes. ¿Cómo fueron los vuestros?
Empezamos hace tres años como dos amigos a los que nos gustaba un tipo de música, y que no encontrábamos en Granada el tipo de fiesta que teníamos en la cabeza. No significa ni mejor ni peor, pero pensábamos que había un tipo de fiesta que no se ofertaba en la ciudad. Empezamos a hablar entre cervezas, amigos y risas, y la idea de organizar algo, buscar salas, fue fluyendo. Esos fueron los inicios. Ni mi compañero Ángel Lupiáñez ni yo nos dedicábamos a pinchar y estar en el escenario profesionalmente. Era como una especie de hobby y ocio, pero queríamos hacer un espacio dentro de la noche donde hubiera ingredientes que normalmente no encuentras: cultura, poesía, arte y, por supuesto, música y baile.
Poesía, arte, música, baile… ¿Consideras que ese sincretismo cultural es una de las señas de identidad de vuestra propuesta?
Quizás el elemento más distintivo es que siempre que hacemos una noche en Granada buscamos una temática de índole social que pueda tener cierto interés o que esté de alguna manera en boca de la gente, o un tema de reflexión general, y organizamos la fiesta en torno a esta temática. Desde el miedo hasta temas como la problemática que hubo en Melilla con el tema de la inmigración, con la participación de un artista que hizo una performance sobre el tema en cuestión, o temas en torno al cine, como cuando colaboramos con el Festival Internacional de Jóvenes Realizadores. A fin de cuentas siempre hay una temática común, y en torno a eso pues intentamos llevar frases de filósofos, de poetas, fragmentos de películas que discutan sobre la temática, obras de arte en la sala, y mostramos que la noche también puede ser cultura.
¿Se podría decir que buscáis que la gente reflexione? ¿Es esa vuestra intención?
Queremos que la gente se exprese con libertad, que disfrute, que haga lo que quiera. Nosotros les abrimos nuestras puertas. Sabemos que no le tiene por qué llegar a todo el mundo, hay personas que prefieren simplemente bailar, pero por lo menos la oferta está ahí. Intentamos reflexionar, pensar y aprender mientras que ofrecemos música. Lo que haga la gente ya con eso es cosa suya, forma parte de su libertad de elección.
Lo que sí tenemos claro Ángel y yo es que la propuesta tiene que ser algo que nos mueva por dentro, que nos emocione, que pensemos que para nosotros es útil. Y a partir de la utilidad y la emocionalidad para nosotros, se la ofertamos a un público. ¿Que además hay un sector de la gente a la que le llega y lo valora? Genial. Pero si empiezas a pensar qué es lo que tienes que hacer para que a la gente le guste estarás cayendo en un gran error. A mí esto me hace emocionarme, me hace pensar, así que te lo doy. ¿Te llega? Ojalá te llegue ¿No te llega? Pues no pasa nada.
Se trata de mostrar y compartir lo que a nosotros en nuestro día a día nos acompaña. Los poetas que introducimos son poetas que leemos, las obras de arte que mostramos son obras que forman parte de nuestras vidas, de conversaciones que tenemos Ángel y yo… Al fin y al cabo se trata de compartir, y para nosotros también es un regalo ver a la gente que llena una sala, se pone a bailar contigo, y en un entorno lúdico te ofrece su tiempo, su emoción, su presencia, su baile, su sonrisa…
Uno de los factores con los que ese público identifica a Disco Mordisco es el uso de elementos artísticos y visuales, con los que conseguís una atmósfera muy personal y reconocible. ¿Hasta qué punto los consideráis importantes?
Según el contexto. Cuando hablamos de la noche en Mordisco Club en Granada, sin esos elementos no la llevamos a cabo. Si en la sala por las condiciones técnicas hay dificultades que impidan proyectar visuales o no tenemos la posibilidad de compartir con el público poemas u otras expresiones artísticas, no organizamos la noche. Mordisco Club es algo asociado a esas características y para nosotros es una parte muy importante dentro del todo. Ahora están contando con nosotros otras salas, estamos viendo otras ciudades, y estamos recorriendo España para pinchar. La propuesta que hacemos fuera de Granada es fundamentalmente musical, aunque insistimos en que acompañen visuales siempre que sea posible. En cualquier caso, hay una diferencia entre lo que hacemos cuando vamos a pinchar fuera, que suele ser una propuesta más musical, que lo que hacemos en Mordisco Club, que es una propuesta más contextual, donde la música ocupa su lugar, pero donde hay otras influencias que cobran mucha relevancia y son muy importantes para nosotros.
Volviendo a la cuestión musical, ¿podrías contarnos algo sobre el proceso que seguís para la selección de temas?
La selección de temas también depende del contexto. Hablando de nuestra presencia aquí, en el Low Festival, nosotros lo tenemos en cuenta, consideramos que al ser un festival la gente está más receptiva, con necesidad de expresarse, y solemos preparar sesiones con más pegada, más enérgicas, digamos con un punto de más locura. Cuando estamos en un contexto club, o en una sala, esa energía, sin que se pierda, se reconduce a unas bases, unos armónicos y una musicalidad que tengan más referentes de club, de una sala, donde quizás el contexto pide un disco menos revolucionado. Hay un elemento que es común, la música disco, que en nuestra propuesta está muy presente, tanto el disco pasado como el disco actual, house, disco house, indie dance, pero siempre en donde la melodía esté muy presente y luego ya dependiendo del espacio: en un festival con más subida de bpm’s, de velocidad, con más, digamos, purpurina, y en el club prima más un ritmo algo más fluido, no con tanta contundencia y energía.
En lo referente a vuestra evolución musical y, en concreto, a las actuaciones que habéis tenido en el Low Festival estos dos años, ¿pensáis que hay algún tipo de cambio?
Efectivamente, creemos que este año nuestro set ha sido bastante diferente debido a nuestra propia evolución. Cuando empezamos teníamos una vertiente más indie al pinchar, pero conforme el proyecto ha ido avanzando, aunque uno tampoco sabe con exactitud las razones, hemos tendido más hacia el disco, hacia el club. El año pasado ya estábamos en esa transición pero ofrecimos un set muy indie para un público más mayoritario, y se notó en la sala porque los temas eran muy reconocibles por todos. Este año queríamos salirnos de ahí, no recurrir tanto a clásicos en nuestra sesión y apostar por una idea más club donde el disco tuviese mucha presencia y, aunque usamos cuatro o cinco clásicos, la idea era dar a conocer temas más actuales. Lo cierto es que notamos que aunque el público a eso parece menos receptivo, se valora más.
Personalmente estamos más contentos que el año pasado porque nuestra propuesta se está definiendo, ganamos solidez y convencimiento en lo que hacemos, pero sabemos que quizás nos estamos introduciendo en un circuito más underground y más independiente, y que en ciertos sectores indies podemos perder cierta representatividad. Lo sabemos, lo conocemos, pero tenemos que hacer lo que nos gusta.
Hacéis lo que os gusta, y lo cierto es que se nota cuando estáis pinchando. A la hora de expresaros en directo mostráis toda esa efusividad y se transmite directamente a la pista de baile. ¿Piensas que vuestra expresión en el escenario tiene que ver con esa idea de pasión por llevar a cabo algo en lo que creéis de la que me hablabas antes?
Me alegro de que me lo preguntes, la verdad, porque uno de los puntos que más hablamos Ángel y yo es lo bien que lo pasamos cuando pinchamos. Quizás influya el no tener una labor de exclusividad profesional, pues Disco Mordisco no es una profesión para nosotros, sino que se puede decir que es algo que nos llena, un hobby, una pasión. Estar en un escenario y que puedas compartir la música que te gusta ante tanta gente, es algo que nos hace sentir dentro de un regalo continuo.
Cuando hacemos una fiesta en Granada y vemos que las salas están llenas, o que esperan para entrar, sientes un subidón especial, nos emocionamos y así lo transmitimos. Es verdad que en el escenario somos muy nerviosos, bailamos y nos mostramos mucho porque es así como lo sentimos, porque cada vez que cuentan con nosotros para un set lo vemos como una nueva oportunidad de divertirnos y mostrar lo afortunados que nos consideramos por ello. Lo que estamos viviendo en los últimos tres años, lo rápido que está yendo todo es algo con lo que disfrutamos, sin perder de vista, insisto, que Disco Mordisco para nosotros es un regalo y un juego maravilloso, nada más y nada menos.
Disco Mordisco ya ha pinchado a lo largo de toda la geografía nacional y también habéis llegado a otros puntos de Europa. ¿Hay algún lugar, algún momento, que recuerdes especialmente?
Más que lugares, cuando Ángel y yo comentamos en el hotel, o días después, cómo ha ido una sesión, solemos quedarnos con la cara de una persona que te mira en determinado tema, o con un punto especial de la sesión donde encadenas cuatro o cinco canciones que te hacen ver a la gente con una especie de luz en el rostro. Entonces tienes muchas caras, distintos instantes mezclados de varios sets diferentes donde quizás no te lleve a destacar ninguno en especial. Así que, si me preguntas por un lugar, te diría que más que lugares me quedo con las caras de la gente. Hay personas que ya tienes muy controladas, las ves y dices, otra vez vienen, otra vez con nosotros y otra vez aquí, y yo lo flipo viéndolo como un regalo y no puedo evitarlo, me emociono. Poco a poco vas haciendo una especie de collage de caras que te vas encontrando en Granada, Barcelona, Madrid, Oporto, Londres, los sitios en los que hemos pasado, y al final en mi cabeza lo que permanece es esa especie de collage de personas.
Ya que hablamos de personas, en cuanto a las relaciones personales, no sólo con el público, el Low Festival parece una ocasión perfecta para poneros en contacto a grupos, Dj’s y, en líneas generales, gente relacionada con la música. ¿Cómo valoráis esto?
Conocer a otros artistas es muy importante. Un elemento que a nosotros particularmente nos caracteriza es que también organizamos eventos. Somos directores artísticos de Ritmo Festival, que se celebra en Granada, por lo que tenemos que estar muy receptivos a nuevas ofertas, a nuevas propuestas, y estar en el Low nos facilita conocer y hablar con gente que también organiza noches club en sus ciudades. De hecho, de aquí nos llevamos varios nombres con los que nos gustaría contar. A su vez otros nos dicen que les ha gustado lo que hemos hecho, y todo ello ayuda a fomentar la cultura club y que se puedan crear lazos.
Pasemos a lanzar una mirada hacia el futuro. ¿Cuáles son los proyectos que Disco Mordisco tiene en mente? ¿Podrías adelantarnos algo?
Después de tres temporadas de noches en Mordisco Club hemos decidido que este año vamos a continuar. Eso sí, tenemos claro que incluso vamos a reducir las fechas, y también seguiremos con la organización de Ritmo Festival. Quizás de los proyectos que tenemos actualmente entre manos es el que más nos ilusiona. Para nosotros Ritmo Festival es nuestra niña bonita. Es un proyecto que lleva dos años funcionando, un minifestival que se celebra en un cortijo del s. XVI, donde se da cabida a un lugar destinado al arte, cultura, espacio de reflexión, niños, conciertos acústicos, Dj’s, y llevamos dos años trabajando para un aforo muy reducido, 500 personas. Los dos años hemos vendido todas las entradas y estamos muy contentos. Queremos dar un pasito y aumentar el aforo sin que se vea mermada la calidad, y seguir manteniendo ese espíritu, por lo que vamos a apostar muy fuerte por crecer en cuanto a la apuesta artística en Ritmo. Así que se podría decir que nuestra propuesta principal este año es Ritmo y que las noches que hagamos de Mordisco Club sean noches muy pensadas, muy meditadas, muy cuidadas, muy pocas, pero donde pongamos toda nuestra energía para seguir ofreciendo algo que tenga interés.
Murray Magazine os desea que así sea, y que sigáis triunfando y disfrutando de las pistas de baile como lo hacéis ahora. Para terminar, sabéis que Bill Murray es nuestra gran referencia: ¿qué artista o canción incluiríais sí o sí en una sesión dedicada a él?
Mira, creo que para despedir la entrevista y para Bill Murray yo me acordaría de Donna Summers y ‘I feel love’. Es un tema disco, clásico, Disco Mordisco hace las cosas porque les apasionan, Murray Magazine también, y creo que Donna Summers viene genial, tanto para decirle adiós al Low como para cerrar la entrevista como se merece.
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Le damos gracias a Hugo por su tiempo y la noche continúa en el Low Festival. Aún quedan unas horas de música que vamos a disfrutar tanto como lo hemos hecho en este rato de conversación junto a uno de los miembros de Disco Mordisco, donde hemos hablado de arte, pasión, música y baile, mucho baile. Nos despedimos y Donna Summers resuena en nuestra cabeza, fluye en nuestra sangre, palpita con el ritmo de la música disco dentro del corazón de Murray Magazine.