Hay quien vive para estrenar
el futuro de la humanidad,
seguro de que su camino
es el inequívoco sino.
Para ello se hace asocial,
tiene su propia moral,
la de llegar a su destino
aunque apalee al vecino.
Esta historia muestra el karma
de la tecnócrata arma
que llevó a la evolución
del sujeto juguetón.
La manzana ya mordida.
El pecado con su ira.
La máquina que hizo el hombre.
El arte que tuvo un nombre.
Boyle sin efectismo visual,
con guión de un colosal.
Pero lo bien planteado
queda pobre en acabado.
No termina con la injuria
del personaje y su furia.
tan siquiera la hace mítica.
Acaba en la alabanza,
se achanta a taquillera ultranza.
Y en lo bueno y en lo malo
no le llega a los talones
demostró tener cojones.