Con planos al suelo rasantes
comienza el terror delirante.
La ópera prima de un debutante
le convirtió en director interesante.
Años en los que la serie B era importante.
Peter Jackson también logró así su alcance.
Una iluminación lógicamente discordante
y planos de composición impactante
crean la atmósfera acojonante.
Los efectos especiales denigrantes
redondean el cutrerío reinante.
Golpes musicales para que tu culo levantes.
Y para afinar este arte
un final impresionante.
Clásico al instante,
pero clásico de antes.