Si a la invasión alienígena le damos la vuelta,
la disfrazamos de estética cincuentera
y todo lo diseñamos con forma de esfera,
tendremos una comedia animada resuelta.
No hay mucho que envidiar en sus diseños
a productoras bien encumbradas.
Aunque sean algo frías sus miradas
en conceptos no faltan empeños.
Aquí todo es redondo,
aún sin ruedas en los coches.
Y mirando por las noches,
el universo es menos hondo.
El guión no acaba de cuajar.
Los personajes están encasillados.
Los ogros verdes fueron injustamente alabados,
al guionista no se le debió idolatrar.
Efectistas son sus chistes
y graciosos sus empeños.
Cualquier tarde con pequeños
se disfruta sin rechistes.
Injustamente apedreada
por críticos y auditorios.
Fueron peores emporios
los del animado Indiana.
La propuesta es ingeniosa
por dirección y diseños.
Una pena que los dueños
no gozaran buena glosa.