No volverá a engañarme.
No volveré a perder mi tiempo con su guion miserable.
No repetiré el suplicio de su trama tan manida.
A ver películas de O’Russell nadie me obliga.
Tiene esa estúpida manía
de hacer películas que rebosen alegría.
Una especie de libro de autoayuda en vida.
Una idea que está mal ya de partida.
Personajes con sus taras irreales
nos hacen creer que somos tan normales…
Pero su final es tan falto de ingrediente
que no puedes creerlo siendo inteligente.
Es absurdo. Es ridículo.
No se soporta un capítulo.
Apenas sabe hilar dos planos.
Salta a la vista su montaje.
Habrá que rezar a los arcanos
para no escaparse del viaje.
Para más inri, se mete dentro de la tele.
A cualquiera que sepa le dará un telele.
La pardilla se convierte en mujer fatal.
Si lo ves en la tele, cambia de canal.
Previsible, floja, tópica y aburrida.
Saquen las cartas y jueguen una partida.