Un viaje al universo de lo borroso
es lo que propone Lynch para meterte en su foso.
El audio vuelve a ser fiel compañero
para arrastrarnos al loquero.
El efecto flou llevado al extremo
enfocando el fondo pero no al sujeto.
El desenfoque del anónimo televisivo
para demostrarnos lo prohibido.
Juegos de iluminación
de difícil elección.
Si ‘Mulholland Drive’ era de admirar
esta especie de secuela la podemos menospreciar.
Interpretaciones hay las que quieras encontrar.
La catarsis del espectador. El viaje del artista.
De cualquier sentido hay pista.
Si entras con ganas al duelo lo podrás gozar.