Bienvenidos a Barrio Tomillo

El viernes no pude acercarme a la sala El Intruso para adentrarme en Barrio Tomillo, así que os contaré cómo fue el concierto desde el salón de mi casa.

Con una legión de ansiosos tomillos esperando, aparecieron por fin los artistas más esperados del año, con permiso de Los Petersellers (algún miembro ya sabéis que hace doblete). Gracita al grito de «Buenas noches, hijos de la gran puta» comenzó a afeitarse del cuello a los pies como el niño jabalí, previo lanzamiento de “bombas” (cantimploras rellenas de un líquido tipo flash) a sus incondicionales.

Eché en falta en algún tema a los retrasados metales, los vientos, que tan solo aparecen en algunas ocasiones, pero que tampoco son indispensables para divertirte durante las más de dos horas del espectacular concierto.

Vibré con el Moko Rojo pegado en el turulo, con  ‘La polilla’ (un tema recurrente en mis peticiones de las bodas), yéndome de excursión ‘Mientras espero’, dejando claro que Sois todas como gorilas comparadas con mi novia, o quedándome En paz no sin antes permanecer boquiabierto con ese increíble ‘Arrástrate (muerte a cualquier tipo de ¿música? asemejada al reguetón excepto a este tema de los Tomillo).

No faltaron los comentarios siempre hilarantes del gran Walter Mindundi, el vuelo del Pollo Gerardo, la fuerza del baterista Dr. Tic y Mr. Tac, así como la presentación ante mí del nuevo bajista, aquí debo decir que aún echo de menos a Chustamán, a pesar de su ausencia desde aquella memorable Pelea de bobos de la víspera de Reyes de hace casi tres años en la Ritmo y Compás. Del gran Gracita Torete… ¿Qué decir? Pues que sigue estando como una puta cabra, cosa que sé que le halaga sobremanera. Por cierto, ¿sabéis por qué se llama Gracita Torete? Yo lo sé, pero no os lo voy a desvelar ahora, aunque tiene que ver con Marilyn Manson.

Después de algo más de dos horas comenzó a sonar ‘Echar unos dancins’ y nadie pudo resistirse como despedida a la culebra bum bum (que es como una conga pero que mola mucho más), saliendo en busca de Romina hasta la calle incluso.

El próximo día espero poder disfrutarles desde la primera fila, saltando con mi tinto de verano junto al escenario. Aunque fue allí adonde mi mente me transportó el viernes desde el salón de casa, en directo sí que tengo la sensación de que no me lo puedo pasar mejor.

Larga vida a Barrio Tomillo.

bluebird Comunicación
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