Atardecer en las ventanas, Sinfonía Fantástica de Markevitch, cocina humeante.
—Dobro pozhalovat, bienvenida. Es la hora en la que puedes dejar tus problemas en la puerta, junto a tus preocupaciones y todo lo que arrastres.
—Sería mucho más fácil si esto no fuera peor que el sitio de donde vengo. Hasta las pelusas salen a recibirme, arrastradas por tu efusividad.
—Tienes el aspecto de haber ocupado el puesto de Tántalo como picapedrera.
—Cada día se asemeja más a un presidio de trabajos forzados, que a un empleo de personas libres.
—No agites ese espectro de nuevo. Por su culpa, tengo el alma internacionalista.
—Parece que hayas viajado a Rusia, y lo primero que ha vuelto es la borrachera que no dejaste en la aduana.
—No dirás que no me fijo en los sitios a los que voy, todavía estoy allí.
—El que yo pueda traer dinero a casa no es motivo para que…
—¿Motivo? No erais tan condescendientes ayer, en esta misma mesa y bajo esta misma lámpara, cuando jurabais, atestiguabais y porfiabais por la imperiosa fuerza de la libertad, que lleva a los pueblos a lo largo de la historia. Y no dije nada.
—Resulta difícil hacerlo si te ahogas con el mojito mientras intentas comerte la sombrilla del cóctel.
—Más que eso. He aprendido de vuestras palabras, y así estoy.
—Malditos pantalones, voy a echarlos al cubo antes de que pasen a formar parte de mí.
—Como la libertad es lo que define de forma congruent… Eh! Que te estoy hablan… [Burrp].
—(En otra habitación) La casa no es tan grande, voy a seguirte escuchando vaya donde vaya.
—Pues como la libertad define el presente de los pueblos, no hay nada más libre que ser de uno de ellos. Aunque resulte contradictorio, desgarrador o inhumano. La libertad, incluso, puede verse cuando la represión es total, como os enorgullecíais tanto de decir ayer.
<<En Ucrania, por ejemplo, la mitad de la población ha elegido a un dictador con aroma de Hitler para salvar al país. La otra mitad espera que otro dictador con el rancio olor de la guerra fría a sus espaldas les salve a su vez, para gloria del mismo país.>>
—(En otra habitación) Ya sabes que utilizar la libertad para defender la dictadura es demagogia, pero no te quiero interrumpir.
—Por eso soy de la opinión de que la libertad es lo que todas eligen, por sí mismas, y su coincidencia es una seña indiscutible de ese pueblo.
—Me dejas anonadada con tu sagacidad. Entonces, ¿piensas que toda Ucrania ha elegido libremente ir a la guerra civil?
—No, sostengo que todas han elegido el vodka para pasar el trago. Das Vidanya, tovarisch.
—Eso es ‘adiós’, en ruso. Querrás decir Nasdrovia.
—[Bbbuuuurrrpppp]
—Dame de beber, para que olvide que estás presente.
