También tuvo infancia

El momento ha llegado. Este mes se estrena por fin ‘Batman v Superman’ y estoy emocionadísimo. La verdad es que tengo que agradecer esta inmersión mía en el mundo del cómic a mi padre. A veces olvido que también tuvo una infancia. Me contaba hace muchos años que a mi edad coleccionaba los cómics de lo que por entonces se llamaba la Patrulla X, los X Men de ahora, entre cuyos integrantes ni siquiera se encontraba uno de los hoy buques insignia de Marvel: Lobezno. Y debo reconocer que me impresionó tanto la extensión de su colección como lo rudimentario de aquellos tebeos. Aquellos trazos tan simples, tan toscos, en blanco y negro, tan alejados de los ostentosísimos comics de hoy en día, en ocasiones fotorrealistas. Pero claro, a veces olvido que también el mundo del cómic tuvo una infancia, como mi padre. «¿No existía Lobezno», le pregunté extrañado. «No, estos eran los integrantes originales. Los primeros». «Qué espanto», pensé para mis adentros. Pero tanto me sorprendió darme cuenta de que mi padre, ese al que creía yo sin infancia, conocía de primera mano los orígenes de unos superhéroes de los que yo creía saber al menos lo más básico, que acepté sin darme cuenta el hecho de que por su culpa yo ya estaba enganchado a un mundillo al que él también lo estuvo durante una época:

Pues resulta que la colección de mi padre estuvo un tiempo incompleta. A uno de los cómics le faltaban algunas páginas, y él, uno de los seres más perfeccionistas que he conocido en mi vida, no podía permitirlo. Me contó una vez que intentó comprarle ese cómic a un amigo suyo para poder así cerrar la herida tan picajosa que deja a uno una colección completa solo al 99%, pero él no accedió. Así que, empeñado como estaba en finalizar su trabajo, simplemente se lo pidió prestado y dibujó él mismo las páginas que faltaban, las metió en su incompleto cómic original y dio por concluido su periplo superheróico. Mi padre ha sido siempre así, ya le conocí así. Tal vez por eso me llevó una mañana al Rastrillo de Madrid a terminar de una vez por todas la colección de La Liga 2002-2003, que empecé única y exclusivamente porque un amigo me regaló el cromo del escudo del Albacete, que por entonces estaba en primera división. Él hizo la lista de jugadores que faltaban en el álbum, y él compró a Lawal, un futbolista que sólo será recordado porque su cromo era más difícil de conseguir que pellizcar un vidrio. Él ha sido siempre así, quiere terminar incluso lo que su hijo empieza.

También me enseñó él las primeras películas de Superman, porque le encantaba Marlon Brando. También me puso a ver las primeras de Batman, y debo reconocer que ‘Batman y Robin’ me pareció una pasada por aquel entonces. Y él disimulaba diciendo que sí, que ese infumable y sacrílego bodrio estaba muy bien. También nos reímos mucho con la escena de la bomba del Batman de Adam West. También me arrastró él a mí al cine, y no al revés, el día que se estrenó la primera ‘X-Men’. Y me pareció precioso, porque recordé su prehistórica ‘Patrulla X’ y pensé «pues claro, se lo merece». Pero, sorpresa, aparecía Lobezno, y pensé también que no era en absoluto lo mismo.

También hemos visto en el cine todas las de Spiderman. Mientras que yo alucinaba en colores con la primera de todas, la de Tobey Maguire y Willem Dafoe, él me explicaba que en realidad Peter Parker no puede lanzar telarañas por su muñeca, y que originalmente diseñaba un dispositivo para hacerlo. No salían de sus venas, como en el filme, y que el traje del duende no tenía nada que ver con el de los primeros cómics, pero que al menos sí moría exactamente de la misma manera. Está de nuevo en su infancia. A veces olvido que la tuvo.

También fuimos al cine a ver ‘Los Cuatro Fantásticos’. No le apasionó. A mí tampoco.

También vimos ‘Hulk’. La primera, la de Ang Lee. Le encantó, porque trataba otros temas aparte, como la ambición del hombre, la bipolaridad del protagonista, y esas  cosas. A mí me gustó porque un gigante verde daba hostias.

También ‘Los Vengadores’. Ahí yo ya no estaba en mi infancia. Él quizá sí.

Ahora, hace unas semanas, le dije que iría a ver ‘Deadpool’. Hubiera ido con él, y él encantado, a ver qué os pensáis, pero estoy viviendo fuera. Su respuesta fue «no conozco a ese bicho». A veces olvido que, aunque lo creo, ya no está en su infancia. Pero no pasa nada, a ‘Batman v Superman’ le arrastraré yo a él a verla al cine. Luego iremos a cenar por ahí y volveremos a casa diciéndole a mi madre que no, que no hemos comido nada fuera. Lo siento, mamá, ha sido así todos estos años.

Fotografía: Tyler Durdan ©

bluebird Comunicación
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