Ray-Ban, unas gafas de cine

Hay marcas que forman parte del imaginario colectivo de lo que somos. Más allá de un producto, se han convertido, por derecho propio, en un elemento cultural, presente en el arte, inspirador y creador, a la vez.

¿Era esto la posmodernidad? ¿Qué demonios es la posmodernidad? Da igual, esa es otra historia…

La semana pasada os hablábamos de Converse y su fenómeno fan. Y no sabemos a vosotros, pero a nosotros la cabeza se nos va al siguiente tandem: unas Chuck Taylor en los pies, unas Wayfarer en la cabeza.

¡Qué olor a moderneo de repente! Perdón. ¿Qué va a ser lo próximo? ¿Escuchar Family en vinilo?

No, mejor hablemos de Ray-Ban, una compañía italiana que se fundó en 1937 en Estados Unidos y cuyas gafas fueron usadas, como casi todas las cosas, por primera vez por el ejército.

Ray-Ban es considerado como el primer fabricante moderno de gafas de sol y es responsable de la creación de dos de las gafas de sol más imitadas del mundo: Ray-Ban Aviator y Ray-Ban Wayfarer.

En los años 30 aparecen en escena las primeras. Amelia Earhart, icono de la aviación en aquella época fue responsable de que el modelo se popularizase a gran escala. Durante la II Guerra Mundial, las Aviator fueron el complemento perfecto de los pilotos alidos. También algunos militares usaron gafas de aviador. Por ejemplo, el general Douglas MacArthur, que nunca se separaba de su gorra, su pipa y sus Aviator.

Ya en los años 50, mientras el mundo se recuperaba de la gran guerra, Ray-Ban ofreció una amplia gama de monturas coloridas que complementaban a las prendas de vestir, haciendo que en tiempos de posguerra las gafas oscuras se convirtieran en un accesorio, más allá de su condición protectora. Es en este ambiente cuando son lanzadas las Wayfarer, la primera montura plástica diseñada para combinar la alta calidad con la contemporaneidad, con formas muy atractivas; con sus líneas continuas se convirtió en un clásico inmediato y posteriormente en el modelo de gafas más vendido de la historia. Y es que, se pongan como se pongan, no hay moda más hermosa que las de los 50.

En los años 60 las Ray-Ban llegan al cine por la puerta grande, con unas Wayfarer cubriendo la mirada de Audrey Hepburn en ‘Desayuno con diamantes’. La década acabó con Peter Fonda llevando unas gafas de la marca en ‘Easy Rider’. Mientras tanto, se introdujeron nuevos modelos, que aumentaron de 30 a comienzos de los 60 a casi 50 al final de la década, entre los que se destacan las Olympia y las Balorama.

En los 70, las producciones de ciencia ficción empiezan a proliferar y esta tendencia marca los diseños de la compañía, que presenta la colección Ski & Sports Collection, la Naturals, cuyas gafas podían usarse tanto de día como de de noche, y, por primera vez, aparecen en escena las lentes Ambermatic, que pueden cambiar de color para ajustarse a diferentes condiciones lumínicas.

Los 80 fueron los años en los que Madonna se apunta a la moda Ray-Ban, que no deja de aparecer en la gran pantalla, gracias a películas como ‘The Blues Brothers’ o ‘Risky Business’ o a la serie ‘Miami Vice’. En 1986 se estrena ‘Top-Gun’, protagonizada por un Tom Cruise empeñado en complementarse con unas Ray-Ban Aviator y la venta del modelo se incrementa en un 40 por ciento. ¡Casi nada!

ray-ban

Y, ojo, porque entramos en los años 90… Y he allí, entonces, al señor Quentin Tarantino visitiendo a sus chicos de ‘Reservoir Dogs’ con wayfarers (por algo son nuestras favoritas, porque nacieron en los 50 y revivieron en una película de uno de nuestros directores fetiche) en una escena que ya ha quedado para siempre en el olimpo de los dioses del Séptimo Arte. En ‘Men in Black’, Ray-Ban también es protagonista. En el filme, unas Predator 8 eran parte del equipamiento de los personajes como protección a una de las armas más famosas del largometraje: el neuralizador, un aparato capaz de producir un destello luminoso que borra recuerdos parciales de la memoria.

En el nuevo milenio, el estilo retro se impone (afortunadamente) y Ray-Ban versiona y reversiona nuestros modelos favoritos: el Aviator y el Wayfarer. El cine sigue encargándose de casi todo lo demás.

bluebird Comunicación
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