¿Por qué se broncea nuestra piel?

¡Buenos días, muchachada! En sintonía con el fresquete reinante (nótese la ironía), que parece que llegó para quedarse un tiempecito, hoy voy a intentar responder a una cuestión que quizá alguna vez te haya venido a la cabeza pero nunca te has atrevido a preguntar: ¿por qué al tomar el sol nos ponemos morenos?

Vayamos por partes, que diría Jack el Destripador. Lo primero es diferenciar lo que es broncearse de lo que es enrojecerse cual alemanito con chanclas y calcetines blancos. El bronceado de la piel, no es ni más ni menos que un sistema de defensa que tiene tu cuerpo para evitar que las radiaciones UV procedentes del sol dañen tu ADN, causando mutaciones y otro tipo de lesiones que podrían fácilmente desencadenar daños irreversibles como el cancer de piel.

La famosa radiación ultravioleta es una mezcla de radiaciones de diferente longitud de onda, siendo las dos más predominantes las radiaciones de onda UV-A y la UV-B. No te voy a dar la chapa con tecnicismos que, entre otras cosas, te importan una leche (que lo sé), y no es mi intención aburrirte, sino enseñarte. Simplemente matizar que ambas tienen un grado de penetración en la piel diferente, siendo las UV-A las radiaciones que pueden llegar a alcanzar capas más profundas de tu piel (llegan a la dermis, mientras los UV-B no pasan de la epidermis, que es la capa más superficial).

Pero vayamos al grano: ¿por qué se nos oscurece la piel? Las responsables son unas células denominadas melanocitos, que secretan una molécula denominada melanina, que es la responsable del oscurecimiento de la piel, cuando comienzan a recibir radiaciones UV. La piel más oscura evita que la radiación penetre tan fácilmente, así protegiendo el ADN celular. A grandes rasgos, y esto no te sonará extraño porque ya te habrás dado cuenta en alguna ocasión, existe un tipo de bronceado de menor duración ante una exposición relativamente corta (digamos que has pasado una tarde al sol en el campo paseando). En este caso, es la melanina que ya existe en tu piel la que se oscurece al recibir la radiación UV, como un primer sistema rápido de prevención. Al dejar de recibir el sol, la piel clarea de nuevo en cuestión de horas.

En el caso de lo que se conoce como bronceado de larga duración, éste se produce por una exposición prolongada de la piel a la radiación solar. Aquí sí entran en acción los melanocitos, produciendo más melanina en un proceso denominado melanogénesis (pregunta de Trivial de hoy), de modo que la piel se oscurece incluso más (la nueva melanina se va oscureciendo y el color se suma al de la melanina ya existente que ya se había oscurecido).

¿Por qué se nos va el bronceado? Bueno, es simple. Ya sabrás que las células de la piel se van renovando poco a poco, las capas de células nuevas van emergiendo de las profundidades pellejiles, y las superficiales se van desprendiendo, siendo las nuevas capas más claras. Si la exposición al sol cesa, es por eso que la piel vuelve a clarear.

Ahora bien, aclarar para los que seáis unos borricos (que haberlos, haylos), que cuando me refiero a una exposición prolongada, no me refiero a pasar horas y horas seguidas retostándose bajo el sol el mismo día, sino a prolongada en el tiempo (varias semanas, por ejemplo). En caso de ser borrico de primer nivel sin remedio, lo único que conseguirás es enrojecimiento e hinchazón, seguido de varios días de dolor insoportable y un riesgo más que asegurado de generarte lesiones irreversibles e incrementar el riesgo de padecer cáncer de piel.

Ya puestos, te explico también por qué pasa esto, para que tengas más cuidado. El hablar de quemarse la piel al sol no tiene nada que ver con el calor (como sí sería el caso de cuando te quemas al tocar el horno caliente o algo similar). De nuevo, es la elevada cantidad de radiación recibida en tan corto espacio de tiempo la responsable. Al superar la cantidad de radiación la capacidad del propio organismo de generar melanina, las células más superficiales de la piel comienzan a sufrir daños, y el sistema inmune inicia el mecanismo de defensa: incrementa el riego sanguíneo hacia la zona dañada (de ahí que te pongas rosa cual salmonete a la plancha) y también la sensación de calor, y el tejido dañado comienza a ser invadido por las células inflamatorias del sistema inmune, de ahí la hinchazón y el dolor.

Ahora ya sabes todo lo que necesitas saber para tomar el sol, las ventajas y los inconvenientes, así que actúa consecuentemente y piensa en las consecuencias. Ya te digo yo que como en la sombra, con una cervecita bien fresquita, no se está en ningún sitio. Palabra de científico.

bluebird Comunicación
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