París está herida. Quizá nunca se reponga del todo, como este Madrid que nunca volvió a ser el mismo tras aquel 11M que lo llenó todo de cenizas. París siempre será. París siempre estará. París siempre fue y estuvo. En París tuvo lugar la primera proyección pública de cine de la historia.
París es Truffaut. Las 13 películas que ambientó en esta ciudad mágica.
París es Antoine Doinel. Esa hermosa escena de niños fascinados antes una representación de marionetas sin saber que están siendo grabados. La zapatería de Fabienne Tabard, que nos dejó una de las escenas más inolvidables del Séptimo Arte. El balcón con vistas al Sacre Coeur.
París es Jim Morrison. El adiós más doloroso del mundo artístico. El cementerio de Père-Lachaise. Porque los parisinos saben caminar por la muerte como si fuera vida. La ciudad de la luz que no se apaga. El rayo que no cesa.
París es la Patisserie Stoher. La deliciosa tradición. Los cinco sentidos. La dulzura. El pan. El queso. La boinas. El arte. El Museo d’Orsay.
París es ‘El origen del mundo’. Quizá por eso ya haya empezado a lamerse sus heridas.
Siempre nos quedará París. Y ‘La vie en rose’.
Fotografía: Pierre Metivier ©