Nació en 1902, en Tarazona, y, pese a unos inicios muy difíciles como cómico en la década de los 40, supo llenar los teatros de media España como nadie. Es curioso, porque triunfó en el cine pasados los 60. Quién lo diría. Estaba hecho un chaval…
Los que ni siquiera habíamos nacido cuando murió repentinamente el 26 de febrero de 1982, lo recordamos con ternura. Probablemente porque nos recuerda a ese padre o esa abuela que se moría de risa viendo sus películas cuando en España sólo había dos canales de televisión e Internet era cosa de la ciencia ficción. Seguramente, ellos no conocían su faceta más desconocida. Le encantaba pintar y, en realidad, era un tipo muy serio que tenía una sensibilidad especial para la comedia.
Quién lo diría viéndole aprender inglés…
O cuando se siente desplazado por un ordenador…
O multiplicando con su nieto, porque 2×8 son 18…
O cuando una pierna es así y la otra también así…
O cuando se empeña en hacer la costa de Valdemorillo
Y, por supuesto, cuando te presenta a tu tía. A tu tía petardo.