Ya está aquí la Navidad. Son días de consumo desmedido, incluso injustificado. Los más clásicos optan por el comodín perfume-corbata-libro, pero hay quien incurre en irresponsabilidades tan flagrantes como dejarse llevar por la emoción de elegir el regalo más bonito, inolvidable y entrañable que exista. Y por eso, hoy más que nunca, quiero recordaros que sigue pasando esto:
Parece más necesario que nunca recordar que los seres vivos no son juguetes y que aceptarlos en una familia, sea ésta del tipo que sea, implica una serie de responsabilidades. Los amigos de Asociación Nacional de Amigos de los Animales (ANAA) trabajan todo el año para evitar, por un lado, que su centro de acogida se llene con más peludos mediante la concienciación continua acerca de la lacra del abandono de mascotas; y, por otro, intentando encontrar hogares a los animales recogidos de las calles, muchas veces en condiciones lamentables. Han sacado a la luz un proyecto gracias a la editorial Kolima llamado ‘¿Quién rescató a quién?’, y cuyas páginas narran historias de mascotas que quizá también fueron, en su momento, regalos de Navidad o cumpleaños.
Aunque se nos vengan en primer lugar a la cabeza perros y gatos cuando hablamos de mascotas susceptibles de ser abandonadas, no sólo ellos esperan una segunda oportunidad al cuidado de ANAA: también conejos y hasta caballos. Bob Marley, con sus tremendos ojos de color caramelo, es el protagonista de la portada; como el suyo, decenas de casos (Pegaso, Neko, Macario…)de miedo, soledad y sufrimiento pueblan estas páginas con más de sesenta magníficas fotografías por Fotopets, retratistas de animales que han colaborado solidariamente en la realización del libro. Pero también hay cabida para la gratitud, la esperanza y la alegría: porque aparte de darse a conocer con estos estupendos retratos y sus respectivas cartas de presentaciones, la recaudación de las ventas de este libro —que ya puede adquirirse en librerías o a través de la citada web de la editorial— permitirá a ANAA ayudar a los pequeños amigos que esperan día tras día un golpe de suerte.
Es tan obvio que a veces lo olvidamos, pero antes de regalar un perro, un gato o cualquier tipo de mascota —ya sea en Navidad o en cualquier fecha—, deberíamos preguntarnos si el destinatario quiere, puede y sabe realmente tenerlo. Paralelamente, resulta ofensiva la cantidad de dinero que se invierte en la compraventa de mascotas dado el altísimo número de animales que sufren en las perreras. ¿Qué puedes hacer tú si, a pesar de todo, quieres regalar un animal? Algo tan sencillo como seguir estas tres palabras y al sentido común: no compres, adopta. Tu vida cambiará para siempre, y lo más importante: estarás salvando otra.
