Violeta Parra fue cantautora, pintora, escultora, bordadora, ceramista… Pero, sobre todo, fue una mujer independiente que defendió los derechos de los más desfavorecidos. Un referente, todavía hoy, para muchos movimientos sociales, para el feminismo… Y para Isabel Ruiz Ruiz, una ilustradora de la que ya os hablé el año pasado, empeñada en recordar a las mujeres que no merecen ser olvidadas.
«No hay más que asomarse a un libro de texto para ver que nuestros nombres siguen estando silenciados. Debemos hacer un esfuerzo entre todos y todas por rescatar esa parte de la historia que no nos han contado y que también hemos escrito las mujeres. La historia no está completa sin nosotras», me dice. Por eso, en octubre de 2015 puso en marcha una campaña de crowfunding para que ‘Mujeres’ —un álbum ilustrado en el que se reunían 18 mujeres reales (poetas, pintoras, científicas, políticas…) con una frase en la que cada una de ellas nos hablaba de sí misma, de su forma de enfrentarse o de entender el mundo, con palabras con las que nos dan una lección de vida— viera la luz.

«Funcionó tan bien que la edición prevista se triplicó en número, en un principio iba a salir con una tirada de 500 ejemplares y finalmente lo hizo con 1.500», cuenta orgullosa. Y no es para menos. El libro salió a la venta en diciembre y en febrero ya estaban agotados todos su ejemplares.
Y ahora llega ‘Mujeres 2’, que sigue siendo necesario —quizá más que nunca—, a tenor de acontecimientos como la ya tristemente célebre colección de Planeta DeAgostini, en el que las mujeres fuimos, una vez más, olvidadas…

Christine de Pizan, Simone de Beauvoir, Hedy Lamarr, Ada Lovelace, Violeta Parra, María Moliner, Gerda Taro, Valentina Tereshkova, Malala Yousafzai, Emma Goldman, Federica Montseny, Hilma of Klint, Maya Deren, Wangari Maathai, Nelli Bly, Elisabeth Eidenbenz, Louise Bourgeois y Junko Tabei son las protagonistas
Pero… ¿Por qué han sido ellas las elegidas?
«Cuando me planteo el álbum, trato de hacer una selección equilibrada, en la que abarcar todos los ámbitos posibles. Busco ofrecer un espejo en el que podamos vernos y sentirnos identificadas con un tipo de mujer, sean cuales sean nuestros intereses; un espejo desde donde contagiarnos de su fuerza y su empuje», explica Isabel, después de confesar que el proceso más difícil ha sido la selección de estas 18 mujeres: «Tengo cuadernos llenos de listas, de posibilidades… De grandes mujeres, muchas veces desconocidas, que merecen un lugar en nuestro recuerdo. Son estas 18, pero podrían ser otras 18, demasiadas mujeres viven en la sombra».

Al margen de la reivindicación necesaria que lleva implícita el proyecto, hay algo en las mujeres de Isabel Ruiz que llama poderosamente la atención: lo hermosas que son las ilustraciones. Tienen algo muy personal que hacen que se identifiquen fácilmente como suyas…
«Puedo decir que para mí la mirada es fundamental: pongo el acento de mis mujeres en sus miradas, son un reflejo de su fuerza interior. Cuido mucho la gama de color, en la colección los azules predominan, el azul es un color que despierta en mí muchos sentimientos», explica.
Y aquí no puedo dejar de recordar unos versos de Sagrario del Peral:
Si las mujeres borradas de la historia
pudieran reencarnar y levantar sus puños al sol,
sus bocas al viento,
su vulva al deseo.
Si las manos ajenas las dejaran volar y volver,
el mar azul de Alfonsina Storni
no sería ansiedad azul.
Como ya sucedía en ‘Mujeres’, la ilustración de cada una de ellas irá acompañada de una sentencia que la defina. Algunas tan hermosas, tan justas o necesarias como la de Siome de Beauvoir: «No se nace mujer, se llega a serlo»; «Un cambio social real nunca ha sido llevado a cabo sin una revolución… Revolución no es sino el pensamiento llevado a la acción», de Emma Goldman; o ésta ya célebre de Malala Yousafzay: «Un niño, un maestro, un libro, un lápiz pueden cambiar el mundo».

Como lo cambiaron cientos y cientos de mujeres que olvidamos —o nos hicieron olvidar— por el camino. Mujeres que darían para un tercer volumen y para un cuarto.
Y es que «cuando estudias a una mujer la conviertes en algo tuyo, su lucha te contagia y necesitas compartirlo. Si, finalmente, no es incluida prefiero pensar que esta vez no está en el libro pero que en el próximo tendrá su lugar. Me siento en deuda con ellas y este libro es mi manera de devolverles lo que han hecho por nosotras con su coraje y su lucha», me comenta Isabel.

«Comienzas a investigar y descubres tantas mujeres cuyos nombres te apetece gritar al mundo… Daría para toda una vida trabajando y no sería suficiente. Ojalá pueda seguir mucho tiempo con este proyecto, no creo que pueda cansarme nunca», concluye.
Ojalá no te canses nunca, Isabel.
Todas las ilustraciones que acompañan a este artículo pertenecen a ‘Mujeres 2’ ©
Ya estoy apuntada, el primer libro fue hermoso y necesario y lo compre con la ilusión de sentarme con mi hija y contarle muchas cosas de mujeres extraordinarias, tenemos que conocer para enseñar creo yo y libros como este son imprescindibles en todas las bibliotecas. Plus: los dibujos son una pasada!
Completamente de acuerdo en todo. ¡Qué ganas de verlo!