Como sé que el pasado domingo te quedaste con ganas de más, vamos a retomar el tema que seguro que no has pegado ojo en toda la semana. ¿Hay más cosas que nos queden por saber? Pues sí, muchas más de las que yo te pueda contar ahora en cuatro o cinco líneas. Y como sé que no te has podido resistir a comprobar lo del efecto Mpemba, por si todavía te quedaba alguna duda, ahora vas a ser un believer del club de la bata blanca.
Ya te he hablado de los misterios más sonados: las extinciones masivas, la búsqueda de vida artificial, el secreto de la eterna juventud… Pero nos quedan otros poquitos, así que vamos allá. ¿Preparad@?
¿Qué hace al hombre/mujer humano?
Tema peliagudo. Pensarás que esto traspasa más bien lo científico y se adentra en lo metafísico. Pero no me malintrepretes. No te hablo de la famosa “consciencia”, eso son términos subjetivos. La subjetividad no tiene cabida en la ciencia (al menos en la buena, la de bata blanca). Hablamos desde una perspectiva puramente física, atributos tangibles, medibles. Aquella evidencia que haga decir: ¡ajá! Este bultito de aquí, esta neurona de allá, esta secuencia de ADN, este pliegue del cerebro… eso único de humanos y que nos hace diferentes, por ejemplo, de un chimpancé. Eso, amigo lector, es un misterio. Un humano es un 99% idéntico genéticamente a un chimpancé (dato para dejarte el culo torcío otra semana: tenemos un 50% de similitud genética con un plátano).Tenemos un cerebro más grande en proporción que el de la mayoría de animales, pero no el más grande. Un gorila tiene el mismo tamaño (más o menos) cerebral, sin embargo el humano contiene tres veces más neuronas en el mismo espacio. Pequeños detalles, algunas hipótesis… nada explica tal brutal diferencia (todavía…).
¿Existe vida inteligente más allá de la Tierra?
La gran pregunta. Los más “fanses” de la teorías de la conspiración dirán que por supuesto, pero que se está ocultando, bla bla… Bueno, como ya te he comentado muchas veces: los científicos necesitamos pruebas para sacar conclusiones. Y la prueba es… que no hay pruebas. El universo se rige por el principio de entropía. Básicamente y resumiendo mucho (y que me perdonen los físicos teóricos, porque sé que lo que voy a decir no es totalmente correcto, pero es lo más que puedo simplificar…), eso significa que la vida como tal necesita un nivel de orden que, estadísticamente, la hace improbable. Y sin embargo aquí estamos. Ha pasado. ¿Ha sido una casualidad? ¿Ha pasado en más sitios? Y ojo, que aquí mezclamos dos conceptos: vida e inteligencia. Segundo concepto que nos lleva de vuelta al apartado anterior. ¿Estás mareado ya? Yo también, así que no le demos más vueltas. Otra pregunta sin respuesta que nos trae locos…
¿Qué hay en el fondo de los océanos?
Fácil: agua. ¡Eureka!¡Misterio resuelto! A ver, melón, tranquilo… Alguna vez he leído en alguno de los blogs de gente raruna que hay por ahí, que del fondo del mar es donde vienen los OVNIS (estamos en racha: acabamos de resolver este misterio y el anterior del tirón). Pongámonos serios: un 95% del océano permanece inexplorado. Lo que esconde el fondo oceánico es un completo misterio. Es un nuevo mundo lo que debe existir ahí abajo, ya que se estima que un 80% de la vida de nuestro planeta es oceánica, y por supuesto sólo conocemos la que está en la capa más superficial. Pocas veces hemos podido adentrarnos en lo más profundo, unos 10-11 kilómetros (para que te hagas una idea te recuerdo que el Everest, que es el pico más alto del planeta sobre el nivel del mar, mide casi 9 kilómetros). La primera vez en 1960 de la mano de Jacques Picard y Donald Walsh. La exploración dejó más preguntas que respuestas. Y así seguimos…
Y la lista continúa, pero no te lo voy a contar todo. Mi cometido es hacerte pensar, y despertar tu curiosidad, y espero haberlo conseguido. Ahora depende de ti si quieres saber más. Pero así es la ciencia: una puerta se abre y aparecen otras tres cerradas. ¿Te animas a llamar al timbre de la siguiente?