Vaya semanita más interesante que nos ha dejado la Organización Mundial de la Salud (OMS para los amigos). Con lo que nos gusta a nosotros un debate y una polémica, ¿eh? Al final lo de Rossi y Márquez se ha quedado en una mera anécdota comparado con lo de la carne roja y la carne procesada.
A mí, que me gusta más una polémica que a un tonto un lápiz, y que no pierdo ocasión para atizar a diestro y siniestro, el asunto me viene que ni pintado para el artículo de esta semana. Así que, emulando al gran Pepe Isbert (y a falta de balcón al que asomarme), decir que como científico vuestro que soy os debo una explicación, y esa explicación que os debo, os la voy a pagar.
Antes de empezar, aclarar lo que muchos medios no han hecho aún, y ha dado pie al primer error: La OMS no ha hecho público ningún informe todavía, lo que han publicado es un comunicado de prensa, anunciando la próxima publicación del informe. Ya con esto, la mitad de los eruditos de bar han quedado a la altura del betún. Por no decir la gran mayoría de medios de este país.
Segundo punto: ¿dice el comunicado de prensa que comer carne roja o carne procesada produce cáncer? Pues no. Y esto es ya de traca, porque al día siguiente de la publicación del comunicado de prensa, los principales medios españoles titulaban exactamente así. Con el paso de la semana, afortunadamente los titulares se han ido relajando, entiendo que gracias a las quejas y los comentarios de los lectores que, lejos de ser imbéciles, son más listos de lo que los dueños de los periódicos piensan.
¿Hay razón para alarmarse? Pues, sinceramente, no. Lo que hay que saber es analizar la información que se nos brinda, y actuar en consecuencia. Y esa es la función de la OMS: informar. Reduciéndolo a la máxima expresión, el estudio no es ni más ni menos que una relación causa-efecto, amparada en cientos de estudios científicos publicados durante las últimas décadas en los que se analiza la incidencia de un tipo concreto de cáncer (ojo, que esto tampoco interesaba para los titulares) como es el colorrectal.
Aclarado esto, lo que el estudio va a decir (te recuerdo que por ahora lo que hay es un comunicado de prensa), es que la ingesta continuada de carne procesada (una cantidad que el estudio calcula en 50 gramos diarios) incrementa el riesgo de aparición de cáncer colorrectal en un 18%. ¿Quiere decir esto que, de cada 100 individuos que comen 50 gramos o más de esta carne, 18 van a desarrollar esta enfermedad? NO. FALSO. ROTUNDAMENTE NO.
Permitidme la licencia de tomar un ejemplo prestado de un blog que publica la Fundación Británica de Investigación sobre el Cáncer, que es muy ilustrativo y clarificador, con datos de la población británica: las estadísticas actuales indican que, de cada 1000 individuos del Reino Unido, 61 de ellos desarrollarán cáncer colorrectal en algún momento de su vida. Consumir una cantidad igual o superior de carne procesada a la recomendada por el estudio, implicaría incrementar el riesgo un 18% respecto a los que comen menos carne procesada. Resumiendo: de cada 1000 personas que comen poca o ninguna carne procesada, 56 desarrollarían cáncer, mientras que el número de afectados sería de 10 personas más (66) por cada 1000 individuos que comen cantidades diarias superiores a los 50 gramos (ojo: todos los días de su vida).
Todo esto exclusivamente hablando de carne procesada. Lo de la carne roja es otra historia diferente (aunque de nuevo, lo que interesaba parece que era meterlo todo en el mismo saco). En el caso de la carne roja, su consumo se ha clasificado en el grupo de agentes que probablemente sean carcinógenos para humanos (agentes de tipo 2A según la OMS). “Probablemente” significa que hay indicios, aunque no se puede demostrar una relación directa porque no hay suficientes estudios o datos que lo corroboren. Es como la piedra de ahuyentar tigres de Lisa Simpson. A partir de aquí, y sin suficientes datos, pues esto es, para que nos entendamos, como el “chocho de la Bernarda”. Así que ni me voy a molestar en perder tiempo, ni hacértelo perder a ti, en discutir sobre la carne roja.
Para que te hagas una idea de otros agentes clasificados como carcinógenos para humanos por la OMS (el famoso grupo 1 de la lista), entre algunos que te sonarán a chino, y otros como el alcohol y el tabaco, podemos encontrar por ejemplo la luz solar. Sí, como lo oyes: la luz solar es un agente carcinógeno. Por otro lado, es absolutamente necesaria para una correcta regulación hormonal así como la síntesis de vitaminas esenciales, como la vitamina D. Chan-chan-chaaaaaaaaaan.
Mención aparte merece saber interpretar la clasificación de la OMS. Bien es cierto que, si están clasificados como agentes de grupo 1, son carcinógenos porque hay evidencias directas. Vale. Pero tomemos otro ejemplo magnífico que usan en la web que he mencionado anteriormente: las cáscaras de plátano pueden provocar accidentes si las pisas, ¿cierto? Hay una evidencia directa. Aunque el riesgo de que ocurra un accidente es relativamente bajo (a menos que alguien trabaje en una fábrica de envasado de plátanos). De igual manera, también hay evidencias directas de que los coches provocan accidentes. Bien, pues siguiendo los criterios de clasificación de la OMS, cáscaras de plátano y coches estarían en el mismo grupo de agentes que causan accidentes en humanos. Poco más hay que añadir aquí, ¿verdad?
Como colofón, aquí entre nosotros, te voy a contar un secreto. Te voy a desvelar el agente más nocivo para el ser humano que puedas imaginar, y que día a día nos acorta un poquito más de vida: el oxígeno. Sí, amigos y amigas, el oxígeno, que nos da la vida, nos va consumiendo y matando lentamente sin que nadie haga nada por remediarlo. Ni siquiera Pablo Iglesias, que parece tener una solución para todo. Respirar oxígeno genera los famosos radicales libres que se acumulan en nuestras células, atacan nuestras membranas, boicotean nuestro metabolismo y provocan mutaciones en nuestro ADN que se van acumulando con el paso de los años, con una consecuencia fatal para todos y cada uno de nosotros. El oxígeno es casta, amigos. Casta de la chunga.
¿Qué dices ahora? ¿Dejamos de respirar a la de tres? Mejor nos preparamos una tapita de jamón y una copita de vino, mientras nos da un poquito el sol.