La depresión no se contagia. La felicidad, sí

Muchachada, el verano va tornando a su fin, y se acerca el invierno… Bueno, quizá estoy exagerando un poco, teniendo en cuenta que aún se rondan los 35 grados en casi toda España y te sigues levantando con el cogote sudado. Pero bueno, si nos olvidamos de la temperatura, muchas otras señales indican que ya se acaba lo bueno: empezó la Liga de fútbol, ya están aquí los anuncios de la vuelta al cole y poco falta para los de los coleccionables inunden la parrilla televisiva (abanicos decorados, los tebeos de tu infancia, miniaturas de casi cualquier cosa…).

¿Y qué trae consigo el invierno? Pues un bajón de ánimo que lo flipas. Quizá en España, que somos gente jovial y desenfadada por naturaleza (siempre hay gilipollas, claro…), pues el invierno nos afecta en menos medida. Sin embargo, en los países nórdicos la llegada del invierno trae consigo consecuencias más serias, generalmente depresiones que suponen un problema médico bastante serio para la población. Aquí en Suecia donde tengo la suerte o la desgracia (suerte para mi economía, desgracia para mi paladar) de residir desde hace ya bastantes años, es llegar finales de septiembre y la gente entra en modo ‘The Walking Dead’ hasta finales de mayo. Eso sí, llegando junio y el sol, ya no son suecos lo que viven aquí, sino que parecen de Chiclana, chiquillo. Hasta que vuelve octubre, y así van tirando.

Pero, bromas aparte, como ya he comentado la depresión es un tema muy serio y supone una preocupación extra para el personal médico de los países nórdicos. Lamentablemente, y debido a la situación actual que estamos atravesando, los países del sur nos estamos acercando al número de casos de nuestros vecinos del norte.

Es por eso que hoy os traigo un artículo para la esperanza, que acaba de publicarse recientemente, realizado por investigadores de la Universidad de Warwick en el Reino Unido, que posiblemente constituya la primera evidencia científica de que la felicidad, como estado de ánimo, es contagiosa y de hecho este grupo de científicos ha demostrado que sigue el mismo patrón de dispersión entre poblaciones de individuos que el que correspondería a la propagación de un agente infeccioso. ¿No es alucinante?

Por el contrario, y para mayor alivio de la comunidad médica (la importancia del estudio en temas de prevención para los profesionales de este campo ya te la puedes imaginar), el estado depresivo no se propaga entre individuos. En resumen, y para que nos entendamos bien, una persona con depresión no afecta el estado de ánimo ni induce riesgo de depresión a su círculo cercano, sin embargo personas anímicamente sanas (que es el término científico usado en el estudio para personas, digámoslo así, felices) sí que ejercen una muy positiva influencia sobre los individios aquejados de depresión.

Por supuesto, esto ni es pseudociencia, ni charlatanería, ni gilipolleces homeopáticas de esas que están tan de moda últimamente (ya abordaremos el tema más adelante, que tiene mandanga), ni yo te quiero vender la moto. Esto es un estudio científico, avalado por cifras y estadística. Por darte algunos datos (aunque si tienes verdadero interés y te desenvuelves bien en el idioma de Shakespeare, Chéspir para los amigos y conocidos, aquí te dejo el enlace al artículo científico original), el modelo matemático que desarrollan en el estudio para explicar cómo se expande lo que llaman “estado de ánimo saludable” ofrece cifras claras: tener al menos cinco o más amigos con estas características reduce a la mitad el riesgo de padecer depresión en individuos susceptibles. El estudio va más allá, y se aventura a calcular que tener diez amigos de estas características duplica las probabilidades de recuperación de personas que ya presentan síntomas de depresión, incluso calculan que esta recuperación se podría producir en un plazo de entre seis y 12 meses.

Datos para la esperanza. Datos reales, estudios serios, nada de patrañas. Acabada la parte de divulgación científica que me corresponde, permitidme ahora un consejo personal: sonreid siempre, es gratis y haréis mucho bien a mucha gente. La ciencia lo acaba de demostrar.

bluebird Comunicación
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