Gemeliers (y el fenómeno adolescente en general)

Llega a mis manos un programa de otoño del teatro. Entre las apariciones culturales que nos proponen, como música y teatro, hay una que llega a los 20 euros. Una obra de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, en la que aparecen entre otros Carmen Ruiz y Macarena Gómez, conocidas últimamente por protagonizar en televisión ‘Con el culo al aire’ y ‘La que se avecina’.

Bien, pues hay una actuación que supera en precio a esta obra, con 23 euros la entrada más barata hasta los 45 euros por las primeras filas (de estas ya no quedan entradas). Os hablo de Gemeliers. Dos niños de 15 años.

Vamos a ver un resumen de la trayectoria de estos nuevos niños prodigio: “con cuatro años ‘entrevistaban’ a personajes públicos en el programa de Juan y Medio. Durante más de 200 programas, los hermanos pudieron desarrollar varias facetas artísticas, como la interpretación, la canción y el periodismo”. Si hacemos cuentas, 200 programas semanales son casi cuatro años. Cuatro años llevando a unos niños a televisión con sus gracias, quitándoles tiempo de hacer cosas de niños porque tienen que ir a trabajar. Sí, señor, trabajando. “No, ellos van a pasárselo bien”. Claro, y el día que al niño no le apetezca no hay programa. Aquí hay un contrato, obligaciones y dinero con niños de por medio. No tenemos que irnos a Etiopía para encontrar niños trabajando, aquí los tenemos a la vista de todos.

A los nueve años ya no son los niños graciosos a los que el famoso de turno le aguantaría una pregunta comprometida y dejan el programa. Pero los padres ya han visto el dinero fácil estos hermanos descubrieron que les gusta cantar y siguen presentándose a programas de talentos. En uno de ellos cogen fama entre las adolescentes, y estas mismas le ponen el nombre al dúo. Triunfan en televisión mientras el español medio de fuera de Andalucía se pregunta quiénes son y de dónde han salido.

El precio de estas entradas está totalmente justificado. Hay que pagar a productores, managers, la banda que les acompaña, gente de marketing como el que tuvo la gran idea de meterlos sin camiseta en la sección especial buenorros de una revista para adolescentes y demás personas sin escrúpulos como sus propios padres, porque no olvidemos que son menores de edad y ellos son los que tienen que consentir todo esto. Padres que convierten a sus hijos en un mero producto, hasta el día que ya no sean rentables (que volverá a pasar) y estos niños que solo han conocido la fama no quieran reconocer que solo fueron eso, dinero fácil.

Cuando acaben en las drogas dirán que no lo vieron venir, aún cuando son entrevistados en los mismos programas a los que va Joselito de vez en cuando a recordarle al mundo que sigue vivo. Y cuando sus fans crezcan y las nuevas adolescentes tengan nuevos ídolos, cuando la industria les abandone y no quieran reconocerlo, se separen para triunfar con proyectos personales y vean la verdad. Cuando quieran tener una vida normal y no puedan. Entonces se acordarán de los programas de niños cantores, y querrán que sus padres les hubieran dicho lo que a todos, “estudia, que serás algo en la vida”.

bluebird Comunicación
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