Alegrarse de verte, aunque haya estado contigo antes de meterte en la ducha. Mover el rabito con ansia. Mirarte con cara de pena mientras picoteas en la cocina. Cuidar de ti y de los tuyos. Apoyar su cabeza sobre tu muslo cuando tiene hambre o sed. Apoyar su cabeza sobre tu muslo cuando tienes hambre o sed. Limpiarse las legañas en tus cortinas favoritas. Sacudirse y llenarte de babas justo antes de irte a trabajar. Comerse tus libros favoritos y poner un irresistible gesto de culpa. Estar lo más lejos, a tu lado. Dormir cuando tiene sueño. Jugar cuando tiene ganas. Jugar cuando tú no tienes ganas. Lamerte las lágrimas. Lamerte las manos después de que hayas cocinado. Lamerte. Un ataque de ansiedad a golpe de petardo. Beber agua de los aspersores. Arañarte de amor. Brincar con una piña en la boca. Correr detrás de un palo. Volar a por un frisbee. Establecer una relación de amistad inquebrantable de un solo olisqueo. Perseguir patos. Perseguir corzos. Perseguir gatos. Perseguirse el rabo. Suspirar porque sí. Aullar cuando lloras. Jadear cuando ríes. Tirarse panza arriba cuando se trata de niños. Amarte y respetarte. En la salud y en la enfermedad. Todos los días de tu vida. Hasta que la muerte os separe.
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Cada tres minutos se abandona a una mascota en España.
Uno de cada tres es un cachorro.
Alrededor de 200.000 animales son abandonados cada año en nuestro país.
Y ellos… Ellos nunca lo harían.
Dicen que los perros se parecen a sus dueños. Ojalá nosotros nos vayamos pareciendo a ellos.
