¿Eso qué es? ¿Un reloj que está muy lejos? Pues no. El Reloj del Fin del Mundo, también conocido como Reloj del Apocalipsis (el apocalipsis va a llegaaaar) o reloj del juicio final, no es un reloj real sino un ente simbólico que anuncia cuánto nos quedaría para que la humanidad se vaya a la mierda (literalmente), siendo ese momento representado como la medianoche… Poético, ¿eh?
¿Y dónde está? Vamos a ver, ya te he dicho que no existe como tal, ¡atiende! Creado en 1947 por miembros del consejo del Boletín de científicos atómicos, pretende ser una metáfora de lo cerca que estaría la humanidad de una catástrofe global que la lleve a su fin, más que un instrumento real de predicción, como he leído alguna vez por ahí. Los miembros del consejo, se reúnen una vez al año y deciden tomar acciones sobre si adelantar o retrasar el reloj, en función de una serie de factores (generalmente, como no podría ser de otra manera, más de origen humano que ambientales).
¿Por qué es noticia? Pues porque la pasada semana, concretamente el 22 de enero, acordaron adelantar el fin de la humanidad tras tres años de relativa estabilidad, de modo que a día de hoy nos encontramos a 3 minutos (recuerda, simbólicos) del fin del mundo. O sea, que en términos apocalípticos, son las 23:57. ¡Ostriiiiiis! Menudo acojone, ¿no?
Bueno, preocupante o no (que yo creo que sí), lo cierto es que hemos estado peor. Pero también mejor. Como dato adicional, comentarte que cuando el reloj se estableció en 1947, ya marcaba 7 minutos para la medianoche, hecho influenciado por el reciente y lamentable incidente protagonizado por el lanzamiento de las bombas atómicas sobre Japón, y lo que se presumía el principio del fin ya que las dos potencias mundiales de la época (entiéndase, EEUU y la URSS) empezaron una carrera contra el reloj para ver quién la tenía más grande (me refiero a la bomba atómica…).
Lo que empezó siendo una preocupación por un apocalipsis atómico, ha derivado con los años en otros factores que influyen sobre el reloj, como por ejemplo el cambio climático y la pasividad de los gobiernos mundiales por abordar el tema, el más que inminente fin de los combustibles fósiles y las incesantes luchas por el precio del petróleo, el tremendo avance de la biotecnología y el temor a que se use con fines destructivos como el desarrollo de armas biológicas, el temor de un ataque informático a nivel global que colapse las comunicaciones, la crisis (mejor dicho estafa) económica mundial, la entrada de Paquirrín y Belén Esteban en Gran Hermano VIP…
Como verás, teniendo en cuenta las circunstancias, podemos considerarnos afortunados, ya que tres minutos es una estimación bastante benévola diría yo, para la que se nos puede venir encima. En el mejor de los casos, que fue 1991, el reloj se encontraba a 17 minutos de la medianoche, coincidiendo con el fin de la guerra fría. Sin embargo, a partir de 1995 ha ido en picado y sin freno acercándose a las 00:00 hasta los 3 minutos actuales. Muchos son los motivos que han llevado a la comunidad de científicos responsables de actualizar el reloj, a irlo adelantando o retrasando hasta la medianoche. Aquí te dejo un enlace al boletín que te mencioné antes, donde puedes ver en más detalle la hora actual del reloj y los distintos movimientos a lo largo de estos casi 70 años de historia. Ahí podrás comprobar cómo desde 1995 nos vamos acercando poco a poco a medianoche sin que nadie haga algo por remediarlo.
Hay un hecho, sin embargo, que nadie ha considerado y que no puede ser casualidad, y que aquí te ofrezco en primicia mundial: Justin Bieber nació un año antes. ¡Chan chan chaaaaaaaaaaaaaaaaan! ¡Hasta la próxima semana!