Según el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA), en nuestro país el porcentaje de consumidores que adquiere o ha adquirido alimentos ecológicos representa ya casi un tercio de la población española.
Son datos del estudio ‘Evolución de la tipología y perfil sociodemográfico del consumidor de alimentos ecológicos en España’, que desvela que en los últimos tres años el consumo de productos ecológicos ha aumentado, representando un 29,3% de la población española, frente al 26,1% de 2011.
De acuerdo con el estudio se confirman y consolidan cuatro diferentes tipologías de consumidores, según sus actitudes:
En primer lugar, los llamados desimplicados, que consumen por moda; los ecologistas, preocupados por la conservación del medio ambiente en sus gestos cotidianos; los convencidos, que reivindican una alimentación natural y hábitos de vida respetuosos con el medio ambiente; y, por último, los preocupados por la salud, con decisiones de compra basadas en su bienestar.
«El consumo de productos ecológicos es un camino sin retorno. Desgraciadamente, todos tenemos algún caso cercano de enfermedades que pueden tener relación con una alimentación incorrecta, y esto irá a más», asegura Álvaro Fuentes Guerra, secretario y promotor de EcoCórdoba, la asociación de comerciantes y hosteleros de productos ecológicos de Córdoba.
Los objetivos de este colectivo, de reciente creación, tienen tres vertientes: Por un lado, localizar los productores ecológicos locales, e intentar conseguir unas relaciones de igualdad entre productor y comercio, estableciendo acuerdos que dignifiquen el trabajo del agricultor. En lo que a comercios se refiere, incentivar las relaciones entre comercios de una forma colaborativa para mejorar la visibilidad de los mismos mediante web y redes sociales, así como trabajar en temas como formación y mejora de los establecimientos. «Asimismo, en el ámbito del consumo, elaborar estrategias de animación al consumo de producto ecológico con campañas y presentaciones o degustaciones de producto, intentando llegar al máximo número de personas a través de redes sociales y medios de comunicación», nos explica Álvaro.
«Compramos a diario productos que vienen de miles de kilómetros de distancia, por lo que podemos decir que “comemos petróleo” por el inmenso costo medioambiental de trasladar esa cantidad de alimento cuando posiblemente en nuestros territorios lo podamos cultivar», dice.
En este sentido, «es importante resaltar el papel que jugamos como consumidores, ya que debemos ser conscientes de que tenemos el poder de cambiar nuestro futuro con lo que consumimos en el presente. Si un producto es dañino y dejamos de consumirlo, ese producto se deja de producir. Tan simple como eso», concluye Álvaro.
Ideas de negocio ecológicas
El estudio del MAGRAMA también analiza los hábitos de compra y se comprueba que el supermercado constituye un lugar importante para adquirir estos productos, si bien se aprecia un incremento en la compra directa a agricultores.
España, con 1.610.129 hectáreas de superficie inscrita destinada a la Agricultura Ecológica, es el país europeo donde más se cultivan este tipo de productos.
Por eso, no es extraño que estén apareciendo nuevas ideas de negocio orientadas al sector de la alimentación ecológica.
La plataforma La vega en regadío, por ejemplo, surge en Guadalmez para impulsar un proyecto que pretende poner en regadío las 165 hectáreas de la Vega de Valdesapos, con el agua del río Guadalmez, para crear un nuevo yacimiento de empleo, dedicado a la producción de frutales y hortalizas de regadío de forma sostenible, y por tanto, construir un futuro para la localidad.
«La vega en regadío surge como alternativa a la despoblación que está sufriendo Guadalmez, una población que ha basado su fuente de ingresos en la agricultura y ganadería. Sólo queremos aprovechar nuestros recursos de forma sostenible para que nuestro pueblo no muera en el olvido como otros muchos», nos cuenta Jonathan Diaz Pimentel, uno de los promotores de este proyecto.
De momento, y hasta que cuenten con los permisos necesarios para poner en marcha esta iniciativa, hace ya un año y medio que algunos vecinos del pueblo comenzaron a recuperar unas parcelas abandonadas del ayuntamiento, creando un huerto de experimentación de cultivo ecológico en el que practican el manejo sostenible de la tierra: Siembran sus propias semillas tradicionales y otras obtenidas de intercambios de semillas, promoviendo la conservación de especies. Además, realizan las Jornadas Agroecológicas Valle de Guadalmez.
«Todas estas acciones están enfocadas a dar a conocer a los habitantes de Guadalmez de que sí se puede practicar una agricultura sana y sostenible. Y, sobre todo, de que el futuro de la localidad es la agricultura sostenible ,ecológica o sin agrotóxicos», dice Jonathan.
Por eso, también han creado un huerto escolar para crear conciencia desde la infancia. «Es imprescindible que las personas se den cuenta de lo importante que es y cómo nos repercute el consumir un producto sano y sostenible», concluye.