Hoy, como ya en su día hice con el tema del hierro y las lentejas, me dispongo tirar de la manta y contarte la verdad acerca de otra falsa creencia que por algún motivo que no alcanzo a comprender, se ha perpetuado de generación en generación sin que nadie haya puesto remedio. Hasta hoy. ¡Mua-ja-ja-ja-ja!
Supongo que todos hemos escuchado alguna vez eso de que sólo usamos una mínima parte de nuestro cerebro y que, en realidad, esconde un potencial oculto, solamente alcanzable con años y años de meditación, ayuno, e ir a todos lados en camisón y con la cabeza afeitada. Y que si lo usásemos a plena capacidad podríamos levitar o mover cosas, y chorradas por el estilo. Pues amigos, amigas, que sepáis que eso es una mentira más gorda que la papada de Falete.
Es lo que se conoce como el mito del 10%. Es acojonante cómo, incluso siendo mentira y sin ningún tipo de prueba ni fundamento científico, exista un número que cuantifique el uso que le damos a nuestro coco. ¿Por qué un 10%? ¿De dónde sale ese cálculo? Resulta curioso ver que prácticamente cualquier afirmación, si va acompañada de un porcentaje, nos la creemos del tirón. Yo lo llamo “la táctica del cuñao”. Acompaña cualquier cosa que se te ocurra de un porcentaje y triunfarás.
Bueno, volviendo al tema del cerebro, que no usemos un 90% de nuestro cerebro es totalmente falso y carente de fundamento. Primero, por pura cuestión evolutiva: ¿qué sentido tendría un gasto metabólico como sería el mantener casi un kilo de tejido cerebral en desuso durante cientos de miles de años? Bueno, eso en el caso de la media, imagina el gasto que debe suponer en el caso de la cabeza de González Pons o Paquirrín, por ejemplo.
La verdad, querido lector, es que usamos TODO el cerebro todos los días de nuestra vida. Cierto es que no usamos el 100% del cerebro simultáneamente durante todo el tiempo, pero que no te engañen más. En este mismo momento, por ejemplo, quizá estás leyendo este artículo mientras desayunas unos churritos o una tostadita con jamón y escuchas algo de música o a lo mejor tienes las noticias en la tele de fondo. Si ese fuese el caso y pudiésemos ahora mismo realizarte una tomografía de emisión de positrones (PET en el idioma de Shakespeare, Chéspir para los amigos), podrías apreciar cómo la region frontal de tu córtex cerebral (responsable del razonamiento y el pensamiento lógico) está activa. Además, te estás dando cuenta de que los churros (o el jamón) están buenísimos, y eso gracias a la actividad de tus lóbulos parietales que te hacen consciente de la textura, el sabor y el olor. Y mientras disfrutas de tu desayuno, sigues leyendo estas líneas gracias a que tu lóbulo occipital procesa cómo ver e interpretar estas letras. Pero, además, recuerda que estás escuchando música porque tus lóbulos temporales están procesando los sonidos a tu alrededor.
¿Te sorprendes? Pues no acaba aquí la cosa. Todo lo que te he contado en el párrafo anterior corresponde a acciones voluntarias. Piensa que tu cerebro tiene que mantener funciones vitales que no requieren de tu permiso: estás respirando, tu corazón se mantiene latiendo, ya has empezado a hacer la digestion de parte de tu desayuno, y por supuesto te mantienes sentado y erguido, en perfecto equilibrio (eso sí, suponiendo que anoche sábado no cogieses un pedal del 15, con lo cual lo del equilibrio iba a estar jodido…). Así que a todas las regiones anteriores, añade el área motora de tu cerebelo, el hipotálamo y el hipocampo.
¿Sigo? ¿O ya te he convencido de que es completamente imposible que todas esas regiones comprendan únicamente el 10% de tu cerebro? Y lo único que estás haciendo es sentarte a leer mientras desayunas y escuchas música.
Eso sí, he de confesarte que a tenor de lo acontecido los últimos días, y en concreto cierta rueda de prensa que todos hemos tenido el horror de presenciar, empiezo a pensar que quizá algunos individuos sí que usan el 10% de su cerebro, o me temo que incluso menos. La evolución pondrá a cada uno donde corresponde.