¡Agua va!

Durante los últimos días, han sido varias las noticias que han saltado a la palestra informativa de las secciones de ciencia de diferentes medios, y que me han traído de cabeza hasta el tema que hoy nos ocupa: el agua.

Por un lado, la noticia de que un reciente estudio científico parece indicar que en Marte existió agua en cantidades suficientes como para cubrir completamente su superficie, una capa de agua que teóricamente tendría unos 140 metros de espesor. Obviamente su distribución, como pasa en nuestro planeta, no sería homogénea, y parece ser que estaría limitada a una vasta extensión del hemisferio norte marciano, equivalente a nuestro océano Atlántico, con profundidades máximas de hasta kilómetro y medio. Y por otra parte, nos siguen llegando noticias de la sonda Rosetta, que continúa enviando información desde el cometa 67/P-Churymen… geri… eh… desde el cometa Pepe.

¿Cómo pueden estar ambas noticias relacionadas? ¿Qué tiene que ver el agua con el cometa Pepe? Bueno, pues están relacionadas porque lo digo yo, y punto (es broma, es que siempre he querido saber qué se siente hablando como un ministro…). Contestando primero a la segunda pregunta, recordarás que una de las principales misiones de la misión Rosetta es buscar información acerca de la formación del Sistema Solar tal y como lo conocemos actualmente. Y una de esas preguntas, es cómo se originó el agua de nuestro planeta.

Como siempre, existen varias teorías. Una de las más aceptadas, es que el agua de la Tierra llegó cientos de millones de años después de su formación. ¿Cómo? Impactos de meteoritos y cometas. Tiene su lógica, párate a pensar: gran parte de la composición de los cometas es agua helada, es por eso su característica estela cuando sus órbitas pasan más cerca del Sol. Obviamente, son necesarios millones de impactos durante millones de años. Hasta aquí todo normal. Aunque alguna cosilla no termina de cuadrar: con la energía (y por lo tanto, altísima temperatura) generada por un impacto semejante, la mayor parte del agua procedente del asteroide se evaporaría y se liberaría hacia el espacio…

¿Qué pasa ahora si te digo que esta teoría no es correcta? Bueno, al menos no del todo. Pues te lo digo, hala. Los últimos datos recibidos por la misión Rosetta, indican que la composición molecular del agua del cometa Pepe, es diferente a la del agua terrestre, lo cual descarta la hipótesis de que el agua de la Tierra llegara desde el espacio mediante impactos de los cometas que surgieron al mismo tiempo que el Sistema Solar. Ya sé lo que estás pensando: ¿Cómo pueden ser las moléculas de agua de un sitio diferentes a la de otro? ¡el agua es agua! ¡Brujeríaaaaaaaaa!

La explicación es sencilla: existe una variación natural de la molécula del agua, que no presenta hidrógeno sino un isótopo de éste, que es más pesado, llamado deuterio. La proporción de ambas moléculas en una muestra de agua es como su “huella dactilar”. Ya en los años 80, la tecnología de entonces permitió un análisis de la estela del cometa Haley, demostrando que la proporción deuterio/hidrógeno de éste era el doble que en el agua terrestre, poniendo en duda la hipótesis del agua extraterrestre. Estudios posteriores de varios cometas procedentes de la nube de Oort (que rodea nuestro Sistema Solar y de la que ya te hablé en su día) mostraron similares resultados. Y ahora, los datos recogidos por Rosetta muestran que la proporción deuterio/hidrógeno en el cometa es 3 veces mayor que la del agua terrestre. ¡Chiaaaaa-na-niiiiaaaaaaaaan! Misterio resuelto. ¿Misterio resuelto?

NO. Aunque es cierto que este descubrimiento confirma los hallazgos de otro estudio publicado en Science a finales del pasado año, en el que se sugiere que el agua no viene de los cometas sino que apareció a la misma vez que se fue formando la Tierra. Igual ocurrió durante la formación de los planetas rocosos del Sistema Solar, lo que explicaría también el famoso océano primitivo de Marte, y por qué se han detectado también grandes cantidades de agua acumuladas actualmente bajo su superficie.

Yo personalmente, abogo por la teoría que unifica todas las anteriores, y que como no tiene nombre la voy a bautizar como “La Teoría de ni pa’ ti ni pa’ mí”, que más o menos viene a dejar contento a todo el mundo: aceptar la hipótesis de la formación húmeda de los planetas rocosos del Sistema Solar, que generó la mayor parte del agua terrestre, y que impactos de cometas y asteroides durante los siguientes 4500 millones de años tuvieron su posterior contribución, aunque menor, a la masa de agua actual.

¿Tú con cuál te quedas?

bluebird Comunicación
bluebird Comunicación
bluebird Comunicación
bluebird Comunicación

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.