- Los embalses en España están por debajo del 37% de su capacidad.
- El 63% de los municipios gallegos están en alerta por sequía.
- En decenas de pueblos de Toledo está restringida el agua a 200 litros por día y vivienda.
- El año 2017 está entre los tres más cálidos de toda la serie histórica. El anterior más caluroso fue 2016.
- El nacimiento del río Duero está seco.
- Los agricultores murcianos se marchan a otras provincias porque allí ya no hay agua.
Son sólo algunos datos recogidos por PACMA sobre la sequía sin precedentes en la que estamos inmersos y de la que tan poco se habla.
La organización se pregunta «por qué nadie nos cuenta el principal motivo que provoca esta sequía y las altísimas temperaturas». Y, sobre todo, «por qué nadie nos cuenta que el consumo doméstico de agua apenas supone el 15 por ciento del total».
Entonces, ¿en qué se gasta el agua?
Según datos que ofrece la ONU, el 70 por ciento del agua dulce del mundo se dedica a la producción de carne y lácteos y el 38 por ciento de la superficie de la tierra se destina a esto mismo.
En datos prácticos, significa que el agua que se gasta en 100 duchas equivale a la que se necesita para la producción de un solo kilo de carne. Es decir, dejando de comer un kilo de carne estaríamos ahorrando 15.000 litros de agua, que es la que se gasta en 100 duchas.
Como muestra esta infografía de Statista, la producción de alimentos cárnicos trae consigo un derroche mucho mayor de agua que la de los vegetales. Por ejemplo, la producción de un kilogramo de carne bovina supone de media el consumo de 15.415 litros, según datos del estudio ‘The water footprint of farm animals and animal products‘, realizado por Mekonnen y Hoekstra y recogido por Water Footprint Network. En este sentido, este tipo de carne es el que supone un mayor uso de agua. A este le siguen con mucha distancia la de oveja y cabra, con 8.763 litros por kilo. En cambio, para obtener mil gramos de verduras solo son necesarios 322 litros.
