Ya es Navidad por todas partes. Estamos a 16 de noviembre y calles, tiendas y cualquier rincón de esta España nuestra está lleno de adornos que anuncian esas fechas tan señaladas. No sabemos muy bien a quién llenan de orgullo y satisfacción pero cada año el turrón vuelve a casa mucho antes.
Está claro que las navidades siguen siendo una fecha entrañable. Pero se están convirtiendo, cada año más, en un producto muy explotado por comercios e incluso autoridades políticas. Como ejemplo tenemos el recientemente entrenado anuncio de la Lotería de Navidad. Tras el esperpento del año pasado se ha buscado tocar el corazoncito de los españoles en estos malos tiempos. Ha calado la historia y da mucho menos miedo que Raphael y la Caballé cantando y haciendo gestos extraños.
Pero tras el éxito del anuncio de la Lotería y la ilusión que puede traer consigo a muchos compradores que esperarán con ansia el día del Gordo, no podemos evitar imaginar a Montoro jugando con sus manos y sus dedos como el señor Burns, gritando excelente mientras el Smithers de turno le frota la espalda a conciencia.
¿Y la televisión? Ya es oficial el bombardeo de anuncios de juguetes, preparados para captar la atención de pequeños y desquiciar a mayores. Y luego llegarán las desilusiones porque el tamaño del regalo no tiene nada que ver con lo que anunciaban en la tele o lo que viene en la caja. También empiezan a inundarnos los productos navideños con los turrones como punta de lanza de un ataque frontal destinado a endulzar las fiestas.
Por no olvidar las empresas de tecnología que se apuran a presentar estos días sus móviles, tabletas, cámaras y ordenadores para engatusar a compradores por todo el mundo y que los Reyes vengan con el Whatsapp debajo del brazo.
Llevamos varias semanas ya de anuncios televisados navideños. Por cierto, queda el tema de los adornos en las ciudades. Hace tiempo que no son los ayuntamientos los que lo deciden: son los centros comerciales los primeros en sacar las luces a la calle. Y cada vez antes. En unos años, a este paso, la vuelta al cole y la Navidad irán de la mano en las campañas publicitarias.
¿Se pierde algo de la magia navideña con tanto tiempo de anuncios? ¿Llegamos saturados a unas fechas que, por la situación económica del país, cada año son más complicadas para muchas personas? ¿Qué queda de la sencillez de reunirse las familias a comer en torno a una comida tradicional?
El caso es que en las próximas semanas seremos bombardeados por promociones navideñas por todas partes. Papa Noel y los Reyes Magos volverán a discutir por la supremacía en el tema de los regalos. Y los centros comerciales y grandes marcas lanzarán toda su artillería para captar consumidores por todas partes.
¡Ah! Y no podemos olvidarnos que este año tendremos el primer discurso de Felipe VI, El Preparao. ¿Echaremos de menos al Juancar? ¿Nos tocará el Gordo? Sólo nos queda esperar unas semanas para agitar la zambomba… pero para algunos ya es Navidad.
