Viva España. Viva el Rey. Viva el orden. Y la ley. Y punto. Por eso hoy, 19 de junio de 2014 (2014, ¡siglo XXI!) se va a impedir el acceso con banderas y símbolos republicanos al recorrido que hará Felipe VI, el Preparao, por las calles de Madrid tras su proclamación como Rey de España. ¡Viva España! ¡Viva el Rey!
Es que, claro, las banderas y símbolos republicanos deben ser muy violentos. Vamos, que a la mínima cobran vida y se lían a hostias, porque según el TSJM pueden suponer un peligro de alteración del orden público. ¡Pero, loco, no mezcles el amarillo y el rojo con el morado, que no pega! Y lo hacen amparándose en la ley orgánica sobre Protección de la Seguridad Ciudadana, que aborda la manera de evitar altercados en la calle. Y no es bueno mezclar churras con merinas, pero se me vienen a la cabeza las celebraciones futboleras. En fin, que ese no es el tema que hoy nos ocupa.
Como veis, todo muy democrático. Porque digo yo que en una democracia, para que sea tal, debe permitirse, respetarse y hasta alabarse la libertad de expresión, incluso cuando ésta vaya en contra de tus intereses. Pero, lo dicho, debe ser que tienen pánico a que las banderas republicanas se líen a hostias con las banderas constitucionales y se forme un remolino de polvo como en los dibujos animados y el pobre Felipe se quede compuesto y sin baño de multitudes.
O será que tienen miedo. Y cuando se tiene miedo es porque sabes que lo has hecho mal, que lo sigues haciendo mal. Se tiene miedo cuando la conciencia no te deja tranquilo. Se tiene miedo cuando abanderas (juro que la palabra me ha salido de manera espontánea) un régimen injusto en el que no permites a los ciudadanos elegir. Se tiene miedo a todo eso. No se teme un color. No se teme un trozo de tela. No se debería temer que los ciudadanos se expresen libremente.
Y ahora vendrán los de siempre y sacarán la palabrita de marras, antipatriota. Pues sí. La patria es un invento, pero mis principios no y son los que me mueven, los que me impulsan… lo que soy.
A todo esto, ¿ha habido informe de la Abogacía del Estado sobre las banderas franquistas? Ah, no, calla, ¡qué tonta! Si, al fin y al cabo, la herencia de Franco es alargada y el que hoy va a pasearse por las calles de Madrid forma parte de ella. ¿Democracia? ¡Ja!
Prohibir manifestaciones.
Prohibir banderas.
Coronar a un Rey.
España, siglo XXI.
Lo dicho: ¡Viva España! ¡Viva el Rey! ¡Viva el orden y la ley!
La ilustración que acompaña a este artículo es de Raquel G. Ibáñez.