Si no morimos de ébola, morimos de rabia

“Tan mal no estaría para ir a la peluquería”. Ésta es sólo una de las perlitas que el máximo representante de la Sanidad madrileña, el consejero Javier Rodríguez, dejó ayer en varias declaraciones en diferentes medios de comunicación. Sólo una de ellas.

Ya no sé si me cabe más asco, más desprecio, dentro. Y lo digo yo que, afortunadamente, de momento este tema sólo me toca en la distancia. Quiero decir, que no tengo ningún familiar ni amigo en riesgo de haber contraído ébola por la mala gestión de estos dirigentes nefastos que nos han tocado. Perdón, que 11 millones de españoles votaron.

No sé si les falta vergüenza o les sobra cara dura o si, simplemente, son psicópatas incapaces de empatizar con el mal ajeno. Acusan de mentir a Teresa, pero ¿acaso han probado a ponerse en su piel? ¿En la de su marido? ¿Su madre? ¿Su hermano? Ellos, ellos que pedían respeto para sus hijos durante los escraches. Ellos, ellos que se llenaban la boca hablando de la vida…

«Para explicar a uno cómo quitarse o ponerse un traje no hace falta un máster». Otra perlita, otra declaración que indigna, por asquerosa. Dígame, Javier Rodríguez, ¿y para dirigir una consejería de Sanidad qué hace falta?  ¿Y un ministerio? ¿Y el Gobierno? Porque a vosotros os sobran muchas cosas, pero os faltan otras. Por ejemplo, tener la decencia de, al menos, respetar a los que están sufriendo una situación que vosotros solitos habéis provocado.

Vosotros sois los culpables de todo lo que nos pase. Aunque, me temo, que poco os importa. Si así fuera, no habríais desmontado el sistema sanitario español por intereses económicos. Vosotros, y sólo vosotros, sois culpables. Pero, al menos, tened pudor y cerrad la boca y no os atreváis siquiera a juzgar a personas que sólo son culpables de haberse jugado la vida intentando cumplir su trabajo en las condiciones deporables que les habéis dejado.