No sabes nada, Leandro Snow

—¿Quién es mi madre?
El viento sopla en los campos de Castilla. Lord Alfonso, mira su caballo. Acaricia la crin con suavidad. «Es feo» piensa. «Pero es tu hijo». «Él es tu hijo»
—Cuando volvamos a vernos te diré quién es tu madre. Ahora debo partir a Madrid, el deber me arrastra y pinta mal la cosa.

Cada noche sueña, Leandro, con esa conversación, sesenta años antes. En el patio de la fortaleza silva el viento del norte y traen los sonidos de cienmil euskeras que aguardan al otro lado del muro. Se acercan. ¿De qué huyen?

Mientras, cientos de cuervos vuelan en la noche con los mensajes de la coronación del usurpador ¿Debo permanecer al margen mientras mi sobrinieto continúa con la farsa? He aguantado dos dictaduras, una república una monarquía de mi sobrino y ahora su hijo.

—Podrías ser rey, grazna el cuervo. Reeeey, reeeey.

—¡¡¡¡Me debo a la guardia de la noche!!!!!

No puede dormir. Si nada lo remedia, la ley de abdicación sería efectiva al día siguiente y el usurpador, sería nombrado rey.

—Él y no tú. Tú no eres Nieve. Eres Borbón.
—Calla padre. Calla. No me atormentes. Suficientemente duro es el mundo al pie del muro.

¡Pwwweeeeeeeeeeeee!

¡Pwwweeeeeeeeeeeee!

Con las primeras luces del alba suenan dos llamadas del cuerno de la guardia. Vuelven los exploradores.

En el patio, dos hombres de negro escoltan a otro, su aspecto es de hombre noble. Ese hombre no pertenece al norte. Leandro aprieta la empuñadura de su espada bastarda de acero manchego «asaltainfantes».

—¿Quién eres?
—Soy Ser Jaime…
—¿Matarreyes?
—Peñafiel.
—¿Y qué quieres?
—Sé quién es tu madre, Leandro Snow.

Silencio en el patio. Leandro no puede creerlo. Reconoce a ese hombre. Su padre le contó que el día que nació junto a él, en la habitación, estaba Ser Jaime.

—Tu madre es…

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—Tu madre es… La duquesa de Alba. Eres un Borbón-Alba. ¡¡¡Y muy feo!!!
—Todo cuadra… ¡¡¡Ser Jorge Javier!!! Ensilla la yegua, coge a los hombres y vamos a Madrid. Hay una coronación que detener.

—¡¡¡¡¡¡The Bastard King!!!!!

La ilustración que acompaña a este artículo es de Luis Guzman.