Ayer un señor se plantó delante de los diputados españoles y de la televisión y se tiró más de tres horas mintiendo. Ese podría ser el resumen del inicio del Debate sobre el Estado de la Nación que se vivió en el Congreso de los Diputados. O mentía o, sinceramente, en su cabeza existe una España que no se ajusta ni mucho menos a la realidad.
No sabemos quién asesora a Rajoy para estas cosas. Tampoco es difícil conseguir el aplauso: la bancada popular parecía un rebaño aplaudiendo sin sentido a su líder. Y Mariano no encontró su sitio en sus intervenciones. Incluso Pedro Sánchez le derrocó en un combate cuerpo a cuerpo como hacía tiempo que no se veía en ese Congreso. Y es que Rubalcaba estaba ya bastante cascado…
Pero vayamos al debate. Rajoy mintió. O falseó la verdad. Todo el tiempo. Dibujo una España irreal y falsa. No habló de esa España empobrecida, de la España de los desahucios, de la de los millones de parados… Esa España no existe para Rajoy. Pero aún así, sus borregos le aplaudieron cual pastor crecido en la cima del monte. Mariano hubiera eructado ayer y sus señorías del Partido Popular habrían aplaudido con ansia y devoción.
A Rajoy se le llenó la boca con la creación de empleo. ¿Qué empleo se está creando? Porque la mayoría de los ciudadanos no lo ven. ¿Y esos empleos que se crean cómo son? Pues son empleos precarios que no solucionan nada. Será que para los señores del PP es suficiente porque ellos y los suyos están mejor que nunca mientras millones de personas no llegan a fin de mes.
Y ahí seguía Rajoy mintiendo a los españoles y dibujando una España falsa, irreal e incluso surrealista. Quizás lo que tuvieron que aplaudir y no lo hicieron los diputados populares fue cuando recordó que quedaba menos de un año para que finalizase esta legislatura.
Lo que sí pasó Rajoy fue revista para que los suyos estuvieran tranquilos: buena parte de su discurso fue para tranquilizar a los bancos, los banqueros, las instituciones europeas… pero ni gota de paro, desahucios, pobreza… A ver si nos enteramos que esa España no estaba en las casas que visitó Mariano en aquel patético anuncio promocional.
«Patético». Así acabó Rajoy su réplica a Pedro Sánchez. Se sintió acorralado y tampoco hizo mucho el líder del PSOE. Pero quien insulta ya saben… Por cierto, hay que hacer mención a la mala educación del señor presidente del Gobierno y de los señores diputados del PP a lo largo de toda la intervención del líder de la oposición. Lamentable.
Luego llegó el turno de Alberto Garzón, brillante en toda en su exposición. Pero Rajoy, con altanería le miraba y así le respondió. Rajoy sigue en su mundo y no ve la realidad de la nueva política española. Y le acabará pasando factura. Garzón sacó a Bárcenas a pasear y le dijo que saliera a la calle. Rajoy no ha pisado la calle en muchos años. Y las calles que él pisa no son las del resto de los españoles, eso ha quedado claro en este Debate sobre el Estado de la Nación.
¿Lo más lamentable de la tarde? La espantada de muchísimos diputados a última hora de la tarde. Una vergüenza.
Rajoy es un circo en sí mismo. No le hacen falta de los enanos, aunque lleva con él a los palmeros de la bancada popular que le ríen las gracias. Y así nunca bajará al mundo real.
