Peones. Sólo peones. Mientras unos deciden desde su mullido sillón su próximo movimiento, otros esperan a conocer cuánto perderán con ello. Sin poder decidir. Sin más opción que aguardar a ser sacrificados por un Rey (o dos) y sus secuaces que están escondidos tras ellos.
Peones. Sólo peones. Pero quizás a punto de girarse y cambiar su movimiento. Eso temen los que se resguardan tras esos peones cansados y sin fuerza.
¿Peones? ¿Sólo peones?