La desigualdad extrema en el mundo está alcanzando cotas insoportables. Actualmente, el 1% más rico de la población mundial posee más riqueza que el 99% restante de las personas del planeta. El poder y los privilegios se están utilizando para manipular el sistema económico y así ampliar la brecha, dejando sin esperanza a cientos de millones de personas pobres.
Esto es lo que Oxfam Intermón lleva denunciando un par de meses con una campaña que ayer, papeles de Panamá mediante, se hizo más necesaria que nunca.
El entramado mundial de paraísos fiscales permite que una minoría privilegiada oculte en ellos más de siete billones de dólares. Tal y como explica la ONG, para combatir con éxito la pobreza, es ineludible hacer frente a la crisis de desigualdad.
Y es que los impuestos que no se pagan por la fuga hacia paraísos fiscales suponen menos dinero para servicios públicos básicos como la sanidad, la educación y la protección social.
En España, por ejemplo, la inversión hacia paraísos fiscales creció un 2000% el último año, según los datos que maneja Oxfam Intermón. Nuestro país invierte más en las Islas Caimán que en Reino Unido, Francia y Alemania juntas.
Por eso, Oxfam Intermón nos pide que firmemos en contra del escaqueo fiscal de las grandes fortunas. Porque los gobiernos no pueden seguir haciendo la vista gorda y debemos presionar para conseguir un consenso internacional.
Porque, como leemos en la web de la campaña, acabar con los paraísos fiscales podría suponer en nuestro país abaratar la universidad pública, mejorar los recursos para las personas que no tienen ningún ingreso o conseguir más becas comedor. Y en el resto del mundo, podrían garantizarse servicios básicos como el agua corriente en todas las casas de República Dominicana o carreteras en Uganda.