ETA eres tú

eta

Miro por la ventana y todo es ETA. Salgo a la calle y me voy cruzando con un montón de personas que son ETA. Intento hacer deporte, aunque sea ETA. Mi alimentación también es ETA. Abro el armario y cuelgan un montón de prendas, todas ETA. Miro fijamente a mi perra y en el fondo de esos ojos tan hermosos veo la sombra de ETA. De mis principios mejor ni hablamos. Ni de mis ideales. Ni de mis ansias de otro mundo más justo. Se salen de los establecido. ETA.

¿Y no será precisamente eso? Ada Colau es ETA, el 15M es ETA… Y el último en unirse a la banda terrorista, Pablo Iglesias. ¡Qué desvergüenza! No sólo roba cinco escaños a los buenos, a los demócratas de verdad, a los de la Transición (¡oh, transición, mi transición!), sino que es ETA. O, bueno, al menos así lo hacía ver El Mundo de ayer. ¡Qué portada! Qué subtítulo tan tierno: “La ilegal Herrira tenía su móvil y mail”. Queridos niños, tened cuidado con ir dando por ahí vuestro número de teléfono. Vosotros, tan pequeños e indefensos, también podéis ser ETA.

Me reiría, de verdad que me reiría, si todo este asunto no me pareciera una absoluta irresponsabilidad y frivolidad por parte de quien la alimenta: políticos y medios de comunicación con intereses políticos o bancarios. Políticos y banqueros son los mismo, ¿verdad?

—¿Qué es ETA?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¡Qué es ETA! ¿Y tú me lo preguntas?
ETA… eres tú.

La ilustración que acompaña a este artículo es de Raquel G. Ibáñez.

bluebird Comunicación
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2 Comentarios

  1. Estoy desolado. Tremendamente desolado. Me he levantado, he ido al baño, he cagado, me he duchado, me he cepillado los dientes y al mirarme al espejo me he dado cuenta que ETA era yo. No quepo en mi. No tengo palabras.

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