Mi primera experiencia en un Círculo de Podemos no alcanzó ni siquiera la hora de duración. Se está hablando mucho de esta formación, de sus círculos, de sus maneras de trabajar y de sus líderes más reconocidos, por lo que me pareció interesante acercarme a una de las primeras citas que Podemos iba a tener en Pozoblanco, mi ciudad.
Y no voy a entrar en estas líneas a valorar lo sucedido allí a nivel local, porque no es el objetivo de este artículo. Mi intención en todo momento era conocer la manera de trabajar y saber, de primera mano, las medidas que Podemos pretende llevar a los Ayuntamientos tras las próximas Elecciones Municipales. Y no encontré nada de eso.
Fue el Círculo Podemos de Pozoblanco al igual que podría haber sido de Madrid, Córdoba, Albacete o cualquier otra ciudad en la que me encontrase viviendo en ese momento. Tenía curiosidad periodística y política por ver cómo puede fraguarse esta formación a nivel local y cómo puede ayudar a los ciudadanos en sus problemas del día a día: los que afectan a sus ciudades y pueblos.
Allí nos sentamos alrededor de una persona que venía a explicar lo que es Podemos. Pero no lo que quiere hacer Podemos. Y quizás ahí esté el fallo. De sobra es conocido el discurso que ha llevado a este partido a tener el lugar que tiene ahora, pero la gente necesita soluciones para sus ciudades. Necesita saber qué va a hacer Podemos para arreglar las cosas. Y de eso seguimos sin escuchar nada.
Ni siquiera en este Círculo local al que acudí. Una ciudad con un gran número de sus habitantes en paro y un terrible porcentaje de desempleo juvenil necesita propuestas concretas. Realidades. Y son todos los partidos políticos los que tienen que encontrar y ofrecer estas soluciones a la ciudadanía. Y eso incluye también a Podemos.
Es época de decisiones y, al menos en esta ocasión, yo me sentí incómodo con discursos demasiado trillados en los últimos meses. Además de algún comentario tipo “ya sabéis cómo son los periodistas”. Yo acudí como periodista a tratar de entender qué es Podemos y conocer qué quieren hacer en los Ayuntamientos.
Pero también fui, en este caso, como ciudadano de Pozoblanco que cree que hace falta algo diferente para cambiar las cosas. Encontrar algo de ilusión como periodista y como individuo. Y puedo decir, sintiéndolo mucho, que no encontré esa ilusión reflejada en soluciones concretas para hacer las cosas bien en los Ayuntamientos. Quizás sean las instituciones más necesitadas de cambios por todo el bagaje negativo de las últimas décadas. Y necesitan aire nuevo.
Pero es curioso que mi experiencia en un Círculo de Podemos me dejó algo positivo. La convicción de que la solución a todo lo que está ocurriendo está en los ciudadanos y las ciudadanas. De mi pueblo y de todo el país. Lo vi en la cara de muchas de las personas que acudieron a esta reunión con ganas de mejorar las cosas en su pueblo. También están ávidos de soluciones y de realidades. Especialmente de realidades.
No sé si Podemos funcionará en Pozoblanco o en otras ciudades de España. Es cierto que la intención es positiva y ver a algunos tener miedo del movimiento de sus sillas es digno de elogio y de diversión. Pero lo que tengo claro es que hacen falta concretar muchas cosas para arrancar. Aunque quizás éste sea sólo el caso de Pozoblanco.
Lo que sí, y antes de acabar, algo que detecté en la hora que duré en la asamblea: el miedo de la gente a que ciertas personas se aprovechen de Podemos para acceder a un cargo político. Es algo latente y fue una preocupación mostrada en voz alta por algunos de los asistentes.
Del resto de la Asamblea me enteraré por las redes sociales o las crónicas que haga algún medio local. Supongo que muchos dirán al leer este artículo que hablo demasiado para sólo haber estado una hora. Quizás yo, como periodista que acudí, no necesitaba más. O no. Eso nunca lo sabré.